En nuestra entrada del pasado 20/10 hablamos sobre el texto
de Alexander Pechmann: “La
biblioteca de los libros perdidos”.
Un caprichoso compendio de obras que se saben
perdidas, libros, capítulos, cartas, etc.
Textos perdidos por causas insólitas, por algún
acto delictivo que produjo una tragedia o porque familiares y enemigos destruyeron
el legado o porque nunca se escribieron y sólo vivieron escuetamente en la
intención del escritor o, finalmente, porque el propio autor destruyó su
creación.
Creo que en el libro de Pechmann falta la
anécdota de Roberto Arlt:
Guardaba, durante su adolescencia una gran cantidad
de relatos, debajo de su cama hasta que
un día, le comunicó a su amigo Conrado Nalé Roxlo: “Lo quemé todo. No servía”.
Y Roxlo se preguntó siempre: “¿No servía?”
Nota:
Arlt: autor de El juguete rabioso, Los siete locos, Los lanzallamas, Saverio el cruel y más…
Roxlo: autor de El
grillo, Claro desvelo
y De otro cielo. Los
fragmentos son de Borrador de
memorias.
Hace un tiempo, en un documental sobre Alejandra Pizarnik, comentaba su hermana que Julio Cortázar le había entregado el original de Rayuela para que ella lo tipeara y se ganara unos mangos. La muy ocurrente Flora perdió el manuscrito por dos semanas. Julio le tuvo paciencia y cuando finalmente apareció le dijo que la quería mucho pero que nunca más...simpática Alejandra, casi casi un perdido de aquellos!
ResponderEliminarTremendo!! me imagino los 15 días que habrá pasado Julio hasta que apareció el original...
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