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René
Robert, el gran fotógrafo del flamenco español, tiene 84 años,
hace un paseo rutinario por París pero acaso se marea o se tropieza y cae, cae
en una calle bulliciosa entre una tienda de vinos y una óptica…
Nadie lo asiste durante nueve
horas y muere de frío…
Lo encuentran los bomberos
porque alguien alertó que un ser humano estaba tirado en el piso sin ser
asistido. Ese alguien es un “sin techo” anónimo…
Así se muere en París…
“No mires arriba” (“Don't
Look Up”) es para algunos la
mejor de las comedias del pasado año, incluso la mejor película. Se
espera que sea premiada, acaso multi-premiada.
La dirección está a cargo del
conocido Adam McKay con guión
propio, la invención de la historia es de McKay
y David Sirota: una estudiante de
posgrado de astronomía y su profesor descubren que un enorme cometa lleva rumbo de colisión hacia la Tierra y que eso
causará la extinción de toda vida. Tratarán de comunicar esto y, no es que a
nadie le importe, sino de qué manera y en qué medida a autoridades, medios y
gente común les importa el tema. La trama no deja a nadie afuera, especialmente
a los usuarios de las redes sociales. Solo quedan seis meses, el tiempo corre y
las soluciones se vuelven apremiantes…
Hemos leído a quienes aseguran que
reunir en un solo film a grandes de la actuación no es garantía de que salga
algo maravilloso de la misma manera que un cóctel no es mejor por la cantidad
de bebidas incluidas. Lo cierto es que en “No
mires arriba” podemos ver a Di
Caprio junto a Jennifer Lawrence,
Meryl Streep, Cate Blanchett, Jonah Hill
entre otras estrellas y esta reunión resulta tan efectiva como poco fascinante.
“Efectiva” porque, claramente, estas personas son profesionales que saben cómo
hacer su trabajo y “poco fascinante” porque hay algo en la construcción del
film que no lo sube al podio de lo maravilloso.
No podríamos decir con
exactitud qué es lo que no termina de funcionar pero sin lugar a dudas, algo no
funciona.
Los buenos críticos abundan en
justificativos y observaciones, todas posibles.
Desde este espacio, hacemos
breve referencia a algo que es irrefutable: sea que parezca una comedia con
altibajos humorísticos, sea que el ambiente presentado no convenza, sea que la
sátira y la historia no coincidan favorablemente, etc. sea lo que fuere, lo
cierto es que si alguna vez, Dios no lo permita, llega a suceder algo como lo
que plantea esta película, sin duda, sin lugar a ninguna duda, que el devenir
de los hechos será como esta ficción lo predice…
Lo que conforma un desayuno, un almuerzo que acaba de ser servido, las bebidas que se están tomando, las imágenes en un escenario de vacaciones, una circunstancia afectiva: besos, abrazos, gestos, entre tantas otras posibilidades: pasear una mascota, ir a la peluquería, ver un espectáculo, esas son las imágenes que vemos en las redes sociales, todo el tiempo, a cada instante.
Lo llaman “presumir”, podría
ser “ostentar” y es simplemente “mostrar” escenas que hasta hace pocos años
quedaban reservadas para los presentes del momento, incluso para la intimidad.
Las viejas fotos, si es que a alguien se le ocurría tomarlas, no se difundían
ni tanto ni tan rápido como hoy. Las viejas fotografías eran para atesorarlas…
Pareciera que se convirtió en necesario sumar un plus al placer, es decir, al placer de vivir algo debemos sumarle
imperiosamente algo más y ese "algo más" es el placer de mostrarlo. Podría intuir hoy que
lentamente, y acaso no tan lentamente, ese “lugar” del placer o ese
“activador” se está desplazando. No es tan deliciosa la comida como mostrar que
vamos a comerla… El gozo se va trasladando, ni lenta ni perezosamente aunque sí
peligrosamente desde la realidad a la virtualidad, desde el acontecimiento a la
imagen del acontecimiento o, más precisamente, a la exposición del
acontecimiento. Intuyo que si la dirección del placer no cambia, y seguramente
no va a cambiar, el placer radicará únicamente en la imagen, en lo que mostramos
a tal punto que lo que se viva no interese demasiado, no conmueva, no dé tanto
placer e incluso un día puede que la realidad hasta fastidie, puede que se
convierta lo que se vive realmente en un trámite desabrido pero necesario para
lograr el goce de ser mostrado…
No nos destacamos en este espacio por la constancia infinita pero aún seguimos con nuestros caprichosos “Miércoles de Película”.
Hoy, “La voz humana” (2020), primer
film del español Almodóvar en
inglés.
Disfruto las historias al
estilo “Esperando a Godot” de S.
Beckett, las personas que esperan me reflejan, me causan empatía, como
decía Gustavo A. Béquer: “Es malo esperar mucho lo que se necesita”. Y de esto va la cosa:
una mujer espera que su amante venga a buscar las maletas y su mascota para
marcharse para siempre, el caso es que este señor no llega y no llega y ella
necesita como el aire ese último encuentro…
La historia no la inventó Almodóvar sino que tomó (y modificó)
un texto de Jean Cocteau que era una obra de teatro y luego el libreto para una
ópera.
La película está protagonizada
por la magistral Tilda Swinton que
tendrá la tarea de sostener un monólogo porque el film es prácticamente
unipersonal aunque no en su totalidad.
Si se nos pidiera veredicto, diríamos que es un film magnífico, se disfrutan sus conceptos visuales, su música, sus
actuaciones, su tratamiento de la historia, tensiones y etcéteras…
Y el mayor acierto: dura apenas
30 minutos! Cuántos films podrían haber sido mejores si no se hubiera optado
por alargar una historia que no daba para más y ¡por Dios, cuánta literatura!
Cuántas páginas podrían ahorrarse en virtud de no consumir la vida del lector.
Hoy estamos ante el apogeo de las sagas, las trilogías, las tetralogías y más; los
escritores nos expanden historias convirtiendo en novelas lo que bien podrían ser
unos buenos cuentos…
Por esto último es que
ponderamos este film, tiene la medida necesaria, ni un minuto de más, ni un
plano de más.
Nos gustó “La voz humana”, dos pulgares arriba
señor Almodóvar…
“Decíamos ayer” que, a través de coloridas revistas, nos llegaban episodios y nuevas aventuras de nuestras amadas series televisivas de nuestra infancia en los ´60 y los ´70. Esas revistas eran, generalmente, publicadas por la “Editorial Novaro” replicando títulos de la norteamericana “Dell” entre otras…
Pero nuestro espíritu no es el
de documentar lo que ya está documentado y es, hoy por hoy, tan simple de
hallar. Lo nuestro es recordar emociones.
En este caso, se trataba de esa magia que nos
producía ver en colorido papel las historias que nos fascinaban luego de haberlas visto en
nuestros viejos televisores en simple blanco y negro…
Los títulos eran muchos, pero
aquí las imágenes valen más que las palabras:
A veces los amigos te desvían la atención de aquello en lo que estás.
Acaso siempre y “para eso están los amigos”.
Hablaba yo de revistas infantiles
de otra época (entrada y comentarios que dejo pendiente para próximos días) y
no sé cómo recordaron aquella serie que
comenzó en 2004 y terminó en 2010 luego de seis temporadas: “Lost” en estas tierras, “Perdidos” en España y “Desaparecidos” en otras comarcas
hispanoparlantes.
Mención hacían, mis trasnochadas
amistades, a que esta fue la primera serie en que probaron ese diseño adictivo
que presentan la mayoría de ellas. Coincidían en que por vez primera probaron
esa extrañeza que luego no podrían dejar de desear coincidiendo que a la
distancia, tal vez la serie no era “la gran cosa” con un final para todos y sin lugar a
dudas “decepcionante”.
No obstante, resultaba “Lost”
por muchos motivos una novedad aunque ya se sabe que “no hay nada nuevo bajo el sol”.
Alguien recordó la existencia
de la serie del año 1969!!! “The New People” en la que un grupo
de jóvenes estudiantes universitarios regresaban de un viaje por el sudeste
asiático cuando su avión se estrella en una isla en el sur del Océano Pacífico.
Mueren, en el accidente, varios de los estudiantes y todos menos uno de los adultos que resulta
gravemente herido y luego también se muere. Los estudiantes supervivientes son la
única vida humana en la isla. La isla era realmente extraña porque había sido
construida como un sitio para una prueba
nuclear suspendida o aplazada, dejando todos los edificios y suministros
intactos y listos para ser utilizados por los sobrevivientes…
La serie tenía la rareza por entonces de que
sus episodios duraran 45 minutos cuando lo normal eran 30 minutos
o una hora. Los episodios de la atrapante “Lost” solían durar ’42…
¿Pero, cómo podríamos recordar
esa serie de 1969 si nunca la vimos en nuestros televisores? Sin temor a
equivocarme jamás se vio fuera de EE.UU.,
no obstante, existían esas revistas de historietas en las que se replicaban las
series del país del norte y las difundían por el resto de América. Es por eso que conocimos “The New People” en
formato papel y con el nombre de “Generación de Valientes”, publicada
por la Editorial Novaro en su serie “TV. Mundial” que no era tan mundial
porque mostraba solo las producciones televisivas de EE.UU. aunque tal vez el adjetivo “mundial”, en aquellos años, solo tenía ese único significado…
Sin duda, que el parecido entre
ambas series en cuanto a la historia original es notable y sin duda que
agradecemos la publicación de esas revistas infantiles y juveniles que nos hacían
partícipes de aquellas historias aunque sea en papel y con esfuerzo imitativo de
dibujantes para que todo nos pareciera como la TV misma y acaso mejor...
De esto último es de lo que
queríamos hablar en principio, pero lo dejamos para más adelante, porque es
otra historia…
Si bien notarán que estamos
algo remolones con las entradas, todo se debe a que por estas tierras y en este
mes, estalla el verano y nos pone menos reflexivos, algo erráticos,
extrovertidos y poco laboriosos por así decirlo.
No obstante, aquí estamos para
recomendar algún film tomado caprichosamente.
Hoy, este film francés de 2016
(“Noticias
de la familia Mars”, “Des nouvelles de la planéte Mars”)
dirigido por Dominik Moll con guión
de Gilles Marchand y el propio Dominik, protagonizado por François Damiens y Vincent Macaigne entre otros.
Acaso puedan decir que es una
comedia predecible pero esas situaciones que derivan en el desquicio o que van
desde una normalidad cotidiana incómoda y previsible a un delirio absoluto
atrapan, a menos a quien aquí escribe.
¿Un “perdedor” como suelen
decir ahora, o un hombre común como cualquiera de nosotros? Un ciudadano con
sus "tragedias" familiares (divorcio, hijos adolescentes), un trabajo que lo
abruma por momentos y un compañero que, con serios problemas psiquiátricos, luego
de herirlo le pide cobijo en su propia casa…
Una reflexión, sin duda, sobre
qué pasa cuando se es extremadamente pasivo y no sabemos poner límites. En este
caso, el protagonista podrá dar su salto interior. También adherimos en la
crítica que propone el film sobre esas ideologías ambientalistas asumidas de
forma desquiciada…
Actuaciones muy buenas y
personajes maravillosos todos.
Se recomienda.
Continuamos, en este 2022, con
esta iniciativa de comentar una película cada miércoles. No es que seamos muy
cumplidores, pero por el momento venimos teniendo continuidad…
Me he tomado el trabajo de
escuchar a diversos críticos y comentaristas, especialmente la última semana del
año. Es que en esa semana es justamente
cuando todos (faltando a la originalidad) hacen balance: el mejor suceso del
año, la mejor noticia del año, el mejor programa, el peor, etc. Así los
críticos tuvieron en boca andar explicitando cuál consideraban la mejor
película del 2021 y también la peor. La peor, según unos cuantos fue “Matrix 4”
o “The Matrix Resurrections”, pero no ahondaré en ella porque no tuve el gusto
ni el disgusto de verla hasta el momento.
Sí, dejaré mención de "Luca",
película que no pocos catalogaron como la mejor aunque ya sabemos que todas
estas calificaciones son discutibles. Personalmente, creo que habría otras que
están tan bien o mejor que "Luca" pero, tomando la opinión mayoritaria, sumamos
también nuestros dos pulgares arriba con sinceridad.
Se trata de una película
norteamericana de animación por computadora de 2021. Comedia fantástica si se
quiere catalogar así. Producción de la afamada “Pixar Animation Studios” y
distribuida por la aún más afamada “Walt Disney Studios Motion Pictures”.
Dirigida por Enrico Casarosa (en su debut como director), escrita por Jesse
Andrews y Mike Jones, producida por Andrea Warren.
Tal vez, es un merecido homenaje
a la cultura italiana, entendiendo que Italia es y será siempre mucho más de lo
que nos muestre Disney, pero es un film lleno de ternura, con personajes todos
adorables, especialmente el de la protagonista femenina a la que no podemos
otra cosa que admirar y querer. El ambiente es la costa sur de Italia en
aquellos años ´50 ó ´60 con su poblado, su mar, sus islas, sus mitos, sus
costumbres, su magia toda.
Los monstruos marinos tienen un
ligero basamento en las antiguas narraciones folklóricas regionales y acaso
actúan como referente a ser o sentirse diferentes.
Recomendada sin duda en este
espacio y ponderada entre las mejores del 2021, no nos unimos al coro de voces
que dicen que es “la mejor” pero sí está en el podio…
En este espacio ya hemos explicitado alguna vez que nuestro Zorro preferido es el de Guy Williams.
Ese actor que era en realidad Armando Joseph Catalano se deslumbró
por estas tierras cuando vino en la década del ´70 y finalmente se quedó sus
últimos años por aquí, muy cerca nuestro.
El caso es que la serie
realizada por Disney descolló
justamente en esa década citada, no en los ´50 cuando realmente se realizó.
Puedo asegurar que en la
televisión por aire de este país, fueron pocos los años en que se dejó de emitir.
Siempre había un lugar para
pasar los pocos más de 80 episodios como si fuera por primera vez…
Pues nuestro Canal 13 volvió
a las emisiones a partir de hoy, lunes 03/01/2022 a las
11 hs. con nuestro amado personaje. El rating: a la altura como siempre.
Es que los primeros amores no se
olvidan.
La foto que comparto, muy rudimentaria por cierto, corresponde a la
segunda visita de Williams a Argentina junto con Henry Calvin, el Sargento García, dialogando
despreocupados de todo tipo de cámaras…
Un brindis por ellos, siempre
vigentes aquí.
