domingo, 31 de enero de 2016

Y hablando de Bradbury (literatura y eternidad)…



 Es un escritor al que no dejo de admirar. Por algo lo recordamos en este espacio finalizando la última entrada (29/01/16)…

  Siempre aprecio que, aún en su vejez, estuviese dispuesto a dialogar con sus lectores de todo el mundo. Tenía un número telefónico al cual se lo podía llamar dentro de un horario establecido, para quien quisiese dialogar con él esté donde esté y, en las ferias del libro que se hiciesen en cualquier sitio, estaba a mano para una nota vía Skype.


 Solía decir que su vocación de escritor se debía a Mr. Eléctrico: supuestamente, cuando tenía 12 años visitó una feria ambulante y conoció a este raro personaje (científico y mago) cuyo truco estelar era su propia ejecución en una silla eléctrica de la que, por supuesto, salía a salvo entre un estrépito de chispas y humo. Al terminar el show, Mr. Eléctrico tocó al pasar la cabeza del adolescente Bradbury y le dijo “Vive por siempre”


viernes, 29 de enero de 2016

Challenger, 30 años después. Aquello que no fue Ciencia Ficción …





Algunos lectores maduros (como yo) habrán visto, casi en directo, aquella tragedia de la cual se cumplió, ayer, unos 30 años.

 Todos recordamos a la docente (Christa McAuliffe, de 37 años y profesora de Ciencias Sociales) que inauguraba el programa “Profesores en el espacio” quien falleció junto con el resto de la tripulación.

 Lo que resultó como terrible fue que una vez que se admitía a un ciudadano común (seleccionado entre miles y miles de voluntarios) a viajar al espacio, termine muriendo de manera tremenda…

 Lo que resultó como más terrible fue que todo se transmitiera en vivo. Ese exitísmo nortemaericano tan proverbial y distintivo hizo que el desastre sea a vista de parientes, alumnos y amigos y del resto del mundo a través de la t.v.

  Lo que resultó todavía más y más terrible es que sólo recordamos al accidente, fruto de errores garrafales de la NASA, por la muerte de una docente olvidando a los otros tripulantes del Challenger y a los otros y otros y otros tripulantes de todos los accidentes espaciales que tiene la NASA en su haber.

  De aquella transmisión, y de casi todas las que pueden hallarse hoy (que no he querido adjuntar) siempre me asombró el laconismo de los relatores del evento, tanto de los medios como del propio organismo oficial: todo explotando por los aires y ninguna variante en el tono de voz de los locutores…admirable “profesionalismo” estadounidense…


   Un amigo escritor me juraba haber escuchado que el gran Ray Bradbury, si bien adhería públicamente a los viajes espaciales, él no estaba dispuesto a viajar de ninguna manera… Acaso, asumía, en secreto, la distinción entre ficción y  realidad y más asumía que la Ciencia Ficción tiene mucho de Tragedia




miércoles, 27 de enero de 2016

Joan Báez y los versos de un amigo…

 Para regresar, luego de haberlos abandonado unos días, transcribo los versos del poeta y amigo Sergio Giuliodibari:

IV

“Yo también
acostumbraba
llegar tarde.
Veinte años tarde.
Y así
hacía cosas
imposibles:
por ejemplo, enamorarme
de Joan Báez.
Ahora son ellas
las que llegan
tarde.
Veinte años tarde.
Y yo,
que no puedo hacer
otra cosa,
les canto al oído,
igual
que a mí
me sigue cantando
Joan Báez.”


S.G.





miércoles, 20 de enero de 2016

Ettore Scola…

 Me niego a las “necrológicas” pero no puedo evitarlas…

 De tantos films de este genio que nos deja prefiero “Un día muy particular”, tal vez porque me fascinan las historias que comienzan cuando el protagonista ya ha tomado una decisión terrible.


 Verla nuevamente para experimentar que los genios nunca mueren…





sábado, 16 de enero de 2016

Un poema...

 A veces, el alma no puede evitar la nostalgia…

Yo era un niño y tú acariciaste mi cabeza.

"Yo era un niño pero no lo sabía demasiado.
Pensé que amaba,
que todo eran miradas en los sueños,
vísperas de besos en los labios,
vísperas de labios en los besos.
Tú pasaste y acariciaste mi cabeza
sin detenerte salvo para mirarme apenas.
Yo entendí tu corazón y el mío,
habló tu mano en la caricia efímera
-tal vez todas las manos hablen y yo sólo pude entender la de ese día-.
Escuché las palabras de tu mano,
entendí tu corazón y el mío
y supe que aquello era todo,
supe que consumabas toda cercanía,
y que llegabas para decir : “tengo que irme”.
Luego, tu paso siguió el destino de los pasos
y cumpliste tu palabra para siempre."


                                                                P.S.


Fotografía de Anne Marieke Van Drimmelen



lunes, 11 de enero de 2016

David…

 Cada uno recuerda al que se va desde distintos aspectos. Cada uno aprecia del otro algo distinto…


 Yo extrañaré al Bowie de “Laberinto” y me despido como quien pierde algo de su adolescencia o de su infancia…




jueves, 7 de enero de 2016

Mito e Instante...



 Esas fotografías tomadas a los grandes cuando no están posando para una fotografía…


  Hitchcock y “su” actriz Vera Miles...


P.D.: pronto etiquetaremos todas las entradas “Mito e Instante”.



sábado, 2 de enero de 2016

El “teléfono inteligente”, antídoto contra la soledad…




 Esos “teléfonos inteligentes” que ya devienen en “mincomputadoras portátiles” ¿qué otro servicio principal ofrecen sino el paliativo a cualquier soledad?

 Sé lo que dirá amigo lector: la “sacrosanta”comunicación, la “sagrada” conectividad, la necesidad imperativa de información, la validez de estar todo el tiempo “on line” en todas las redes sociales, etc, etc, etc…

 Todo muy cierto y sin embargo el principal “beneficio” es esa permanente sensación de no estar solos, el antídoto a mano contra la soledad.

 Siempre hay alguien en alguna red social que sube algo, que contesta, que dice alguna estupidez. Acaso un compañero cualquiera de cualquier actividad, no un amigo, alguien, no importa quien sea, muchos y muchas están allí para entablar una conversación eventual en todo instante.

 En otro tiempo, cuando estas tecnologías no existían, un amigo lejano era la lejanía total y si no había nadie con quien hablar, realmente no había nadie con quien hablar.

 Hoy, puede que en algún momento no tengamos nadie con quien hablar realmente, pero ya no lo percibimos.

 Hay que tener coraje para asumir momentos de soledad.

 Pocos están preparados para ello.