Alejandra Pizarnik y la forma de hacer el amor con la poesía...

 Siempre estuve convencido de que los deleites estéticos sin dudas que abordan cada fibra de nuestro ser, aunque su territorio específico es el alma, o la psiquis o el espíritu...

 Si bien el arte nos puede deparar un disfrute sensorial, realmente, nunca imaginé que podría estar tan cerca del eros sexual como lo hacía Pizarnik.

 La cito porque ella es más clara que nadie en esto de lograr, hacer el amor con la poesía…

“Mis poemas los hago con mucha paciencia. Un poeta no tiene apuro, no debe. Un verso, una línea, la escribo palabra a palabra. Cada palara la anoto en una tarjeta distinta. Las ubico en mi cama y comienza el trabajo. Voy moviendo  las tarjetas como peones de un damero de ajedrez. Con los pies voy tapando las palabras. Fumo mucho, desobedezco. Ahora las tarjetas se han ensuciado de tanto taparlas y descubrirlas. Cada vez. Mi cuerpo se revuelve, hago el amor con la poesía, músculo a músculo, tarjeta a tarjeta…”

Carta a León Ostrov

Tango de viernes, viernes de tango…

 

 Desde hace unos cuantos viernes, nos dedicamos a compartir una composición de manera caprichosa y somera.

 Hoy disfrutamos de “Nada”, tango-canción cuya letra pertenece a Horacio Basterra y la  música a José Dames. La voz, pertenece al poderoso Julio Sosa.

 Relata algo que todos hemos hecho o seríamos capaces de hacer: volver a la casa de un viejo amor para ver si aún está allí aunque sabemos que seguramente caminamos hacia una decepción segura…

 La imagen de la cruz formada por un candado y cadena me llega al alma…

 Mis versos preferidos: “Sin querer te digo adiós/y hasta el eco de tu voz/de la nada me responde…”

 

Nada

“He llegado hasta tu casa,

yo no sé cómo he podido

si me han dicho que no estás,

que ya nunca volverás

si me han dicho que te has ido.

Cuánta nieve hay en mi alma,

qué silencio hay en tu puerta,

al llegar hasta el umbral

un candado de dolor

me detuvo el corazón.

Nada, nada queda en tu casa natal,

solo telarañas que teje el yuyal

y el rosal, tampoco existe

y es seguro que se ha muerto al irte tú.

Todo es una cruz.

Nada, nada más que tristeza y quietud.

Nadie que me diga si vives aún.

¿Dónde estás? Para decirte

que hoy he vuelto arrepentido a buscar tu amor.

Ya me alejo de tu casa y me voy

yo ni sé dónde.

Sin querer te digo adiós

y hasta el eco de tu voz

de la nada me responde.

En la cruz de tu candado

por tu pena yo he rezado

y ha rodado en tu portón

una lágrima hecha flor

de mi pobre corazón

Nada, nada queda en tu casa natal

solo telarañas que teje el yuyal

y el rosal tampoco existe

y es seguro que se ha muerto al irte tú.

Todo es una cruz.

Nada, nada más que tristeza y quietud.

Nadie que me diga si vives aún

¿Dónde estás? Para decirte

que hoy he vuelto arrepentido a buscar tu amor.”

H. Basterra

Charlie Watts, el menos satánico de las satánicas majestades…

 

 Desde hace un par de día, el mundo del Rock no deja de despedir al baterista de los Rolling Stones…

 Los compiladores de anécdotas nos dicen que cuando Mick Jagger le propuso sumarse a una banda de Rock, Watts le preguntó si con esa actividad iba a ganar dinero…

 Lo suyo era el Jazz, confesado con palabra y vida por él mismo. Lo cito: «El jazz es mi pasión. Es la música que quiero hacer. Los Stones son una molesta forma de pasar el tiempo»

 Ciertamente, que muy poco conocemos de su actividad como músico de Jazz, no obstante, sabemos que en la medida de sus posibilidades se dedicaba a esa música que lo apasionaba.

 Y queda en este espacio la reflexión: sabemos que ser músico de los Stones demanda mucho tiempo, grabaciones, giras, entrevistas, presentaciones. Si bien, con el correr del tiempo, uno puede desligar actividades, de todos modos ser un Rolling Stones ocupa, sin duda, mucho “espacio” psíquico, espiritual, mental, etcéteras. Me pregunto cuánto de otra cosa se podría ser si uno es un Stones.

 Creo que no mucho, intuyo que un Stones, le guste o no es antes que nada un Stones y todo lo otro es lo que resta.

 Tal vez, me equivoque, ojalá así sea, pero intuyo que Watts no ha podido ser y hacer todo lo que le hubiera gustado. No sé cuánto podía abrazar aquello que lo apasionaba realmente.

 Ese suele ser el precio que se paga cuando por conveniencia o necesidad terminamos haciendo algo que no amamos o no nos apasiona.

 Les pasa a muchos, acaso a la mayoría de los seres de este mundo.

 En el caso de Watts parece ser el precio que tuvo que pagar para ser una majestad de “Sus majestades…”

Tango de viernes, viernes de tango…

 

 Me gustan las despedidas que tienen ese sabor tan épico como secreto.

 En Argentina y más en su ciudad principal, Buenos Aires, el café es una pasión.

 El café lo es todo, es un reposo, es un instante, es la pipa de la paz, es la lanza de guerra, es la excusa perfecta, es encuentro y es despedida…

 Cafés cortitos, pequeños que todos los “bares” sirven, fuertes, tremendamente fuertes…

“El último café”, letra de Catulo Castillo, música de Héctor Stamponi y la voz de un poco recordado Jorge Váldez.

 Mis versos preferidos: “Miro la garúa, y mientras miro/ gira la cuchara de café…”, también no puedo dejar de citar el final fantástico: “Llovía y te ofrecí, el último café.”

El Ultimo Café

“Llega tu recuerdo en torbellino,

vuelve en el otoño a atardecer.

Miro la garúa, y mientras miro

gira la cuchara de café

El último café

que tus labios con frío

pidieron esa vez

con la voz de un suspiro.

Recuerdo tu desdén,

te evoco sin razón,

te escucho sin que estés

"Lo nuestro terminó"

dijiste en un adiós

de azúcar y de hiel.

Lo mismo que el café

que el amor, que el olvido,

que el vértigo final

de un rencor sin porqué...

Y allí, con tu impiedad

me vi morir de pie,

medí tu vanidad

y entonces comprendí mi soledad

sin para qué...

Llovía y te ofrecí, el último café.

 Catulo Castillo

 

“Sandro de América” y de Italia también…

  Algunas otras veces hablamos de este cantante que hoy 19/08 cumpliría años…

 Fue el primer cantante latinoamericano en cantar en el mítico Madison Square Garden entre tantos y tantos logros.

 Se dan a conocer algunas producciones inéditas y algunas versiones de sus canciones que creíamos perdidas.

 “La vida dura” en italiano va como ejemplo de lo que podemos hallar para deleitarnos con su voz que nunca muere…

Lunes, buen día para redescubrir a Miguel d´Ors…

 Su poema Calendario perpetuo coincide con el clima de este lunes en este lugar del mundo:

 

“El lunes es el nombre de la lluvia

cuando la vida viene tan malintencionada

que parece la vida.

 

El martes es que lejos pasan trenes

en los que nunca vamos.

 

El miércoles es jueves, viernes, nada.

 

El sábado promete, el domingo no cumple

y aquí llega otra vez -o ni siquiera otra:

la misma vez- la lluvia de los lunes.”

 

Del libro  "La música extremada"

Fotografía de Robert Martin "Silla y soledad"

Tango de viernes, viernes de tango…

  Y esta vez, algo de humor.

 Siempre recuerdo que en, en la niñez y en la adolescencia, en esos grupos de amigos entrañables, se destacaba alguno por sus amoríos. En realidad, se destacaba por no pensar en otra cosa que en amoríos.

  Era el “pibe corazón”.

 Con letra de Roberto Lambertucci y música de Horacio Salgán, en esta versión correctísimamente cantada por Miguel Montero.

 Los versos preferidos, en esta ocasión: “…pero algún día ganará el amor/él sabe que en la zurda, tiene un corazón.”

El pibe corazón

“Es el pinta de la barra

que no admite discusión.

Lo nombraron en el barrio

casi por aclamación,

en cada saludo la va de galán

ahora le falta, tan sólo filmar.

 

Siempre tiene algún programa,

es el pibe corazón.

Una piba en cada puerta,

cada puerta es un amor.

Son tantas las citas que debe anotar

que ya en su libreta, no tiene lugar.

 

Dándose dique va por la ciudad

con su polera negra y pantalón bordó,

y cuando alguno lo carga al pasar

no se hace mala sangre, sabe que es pintón.

 

Cuando lo quieren engrampar, dispara

y gambeteando, raja del casorio,

pero algún día ganará el amor

él sabe que en la zurda, tiene un corazón.”

 

 Roberto Lambertucci

Fred Vermorel en defensa de los fanáticos...

 

 Ya podemos acceder a esta producción en nuestro idioma: “Starlust. Las fantasías secretas de los fans” (Ed. Contra, 2021) que, si bien es de los años 80´no ha perdido en nada su eficacia atractiva y actualidad. Creo que a todos nos pica por el costado curioso y no hacemos al leerlo mucho más que corroborar lo que ya intuíamos o lo que sentimos y, aquellos lectores que se son fanáticos de alguien se reconocerán en muchos aspectos.

 Se trata de una interesante reflexión cuya idea esencial está incluida en una frase que siempre ha repetido su autor: “Los fans han sido menospreciados por sus ídolos”, sin dejar de tener en cuenta que el libro comprende todo lo que imaginamos.

 Pero, claro, nos fascina comprobar lo que ya sabemos.

 Fantasías, deseos, acciones, apasionamientos, desenfreno y actitudes inconfesables confesadas en estas páginas de manera explícita.

 El fanatismo por esos “ídolos” o esa especie de amor que va desde la adoración sumisa hasta el asesinato en algunos casos…

 Hay que superar, eso sí, que se trata de un libro que tiene unas cuantas décadas y algunas de las figuras idolatradas incluso podrían ser hasta desconocidas por los jóvenes lectores. Además, el libro no tiene en cuenta el fenómeno que hoy suponen las redes con todo lo que implican, no obstante, la esencia humana es la misma y ese impulso fanático es común a todas las épocas.

 Se disfruta.

Tango de viernes, viernes de tango…

  Y continuamos recordando tangos titulados con nombres femeninos..

 

  Esos nombres que son amores perdidos y son mujeres sufridas, fuertes, dolientes, amadas a pesar del destino que se ha empecinado en poner distancia y dolor…

 

 En este caso, “Malena” cuya letra pertenece a Homero Manzi y la música a Lucio Demare, en versión del inigualable Edmundo Rivero.

 

 Mis versos preferidos: “Tus tangos son criaturas/abandonadas/que cruzan sobre el barro/del callejón/cuando todas las puertas/están cerradas/y ladran los fantasmas/de la canción…”

 

Malena 

“Malena canta el tango

como ninguna

y en cada verso pone

su corazón;

a yuyo del suburbio

su voz perfuma,

Malena tiene pena

de bandoneón.

Tal vez allá en la infancia

su voz de alondra

tomó ese tono oscuro

del callejón,

o acaso aquel romance

que solo nombra

cuando se pone triste

con el alcohol.

Malena canta el tango

con voz de sombra,

Malena tiene pena

de bandoneón.

 

Tu canción

tiene el frío del último encuentro,

tu canción

se hace amarga en la sal del recuerdo.

Yo no sé

si tu voz es la flor de una pena,

solo sé

que al rumor de tus tangos, Malena,

te siento más buena

más buena que yo.

 

Tus ojos son oscuros

como el olvido,

tus labios apretados

como el rencor,

tus manos, dos palomas

que sienten frío,

tus venas tienen sangre

de bandoneón.

Tus tangos son criaturas

abandonadas

que cruzan sobre el barro

del callejón

cuando todas las puertas

están cerradas

y ladran los fantasmas

de la canción.

Malena canta el tango

con voz quebrada,

Malena tiene pena

de bandoneón.”

H.M.

 

El Reino es Netflix, pero de Argentina…

 

 Y parece que el próximo 13 de agosto se estrena la serie argentina “El Reino”. Netflix ofrece unas cuantas producciones interesantes este mes, pero se las dejamos para la indagación en portales informativos. Por lo pronto, hacemos caprichosa y escueta referencia a lo que sale de esta tierra del sur.

 Los protagonistas son: Diego Peretti, Joaquín Furriel, Mercedes Morán, “Chino Darín”, Peter Lanzani, Nancy Dupláa y Vera Spinetta entre otros.

 La dirección, a cargo de Marcelo Piñeyro y Miguel Kohan.

 La historia que pertenece a Claudia Piñeiro, escritora local que, por cierto, no me disgusta en absoluto y algunas veces hasta la he disfrutado, trata de un candidato a la vicepresidencia del país quien, en plena campaña electoral debe asumir la candidatura a la presidencia debido al asesinato del postulante original…

 Nos mantenemos expectantes y con esperanzas  de disfrutar de algo bueno ya que, en fin, la esperanza es lo último que se pierde, aunque también se pierde…