viernes, 25 de noviembre de 2022

Truffaut, Chaplín y Evita…

 



 El libro “Las películas de mi vida” de Francois Truffaut depara un atractivo que supera las décadas. Es una opinión muy subjetiva claro, cualquiera diría que pocos recuerdan los films de los que habla Francois pero podría afirmar que la magia siempre resulta.

 Lo cito hablando de la fascinación que causara otrora Charles Chaplin:

“El público, con un entusiasmo cuyas proporciones son hoy difíciles de imaginar –habría que trasponer al mundo entero el culto de que gozó Eva Perón en Argentina-, convirtió a Chaplin en el hombre más famoso del mundo en la época inmediata a la I Guerra Mundial…”

jueves, 24 de noviembre de 2022

Romain Gary, esa frase que siempre busqué…

 Ciertamente que transmitir sentimientos es una tarea imposible, pero no por ello se dejará de hacerlo, de lo contrario ya no tendríamos poetas ni poesías…

 En algunos pocos momentos, acaso instantes, y ante la belleza sorprendente siempre quise expresar lo que Romain Gary dice con admirable facilidad:

“Hay momentos, horas hechas de vidas enteras de una felicidad a la que no se debería poder sobrevivir…”


Foto de Anton Stankowski


domingo, 20 de noviembre de 2022

Olvidarlos a todos, consejo para ser escritor…

 



 Por algún motivo recuerdo hoy a varios maestros que coincidían en este consejo: “Si quieres ponerte a escribir, debes olvidar a los grandes autores luego de haberlos leído a todos”.

 Ahora, un amigo me asegura que la idea es de Nietzche, no lo comprobé pero me basa su palabra y le creo: “Acabo de leer a Schopenhauer, ahora tengo que desembarazarme de él”.



martes, 8 de noviembre de 2022

Cada vez que rompes un vaso...

 



 Hace unos días rompí un vaso, y no pude evitar escribir estas líneas:

 Es como perder un amigo, amiga o novio o novia. Tantas veces le has dado tus labios, tantas veces te ha calmado la sed y ahora en un descuido lo has estrellado. Lo que sigue, ya se sabe: limpias todo con cuidado, poniendo especial atención a que no quede un pedacito por ahí, una astilla. Sabes que la tarea es imposible. Hasta los más apasionados por la limpieza fracasan. Barres, baldeas, observas... A poco de andar, a los pocos días encuentras un fragmento, tal vez dos.

 Con el tiempo y los cuidados por la limpieza te alivias y lo olvidas. Ya pasó, ya puedes despreocuparte. Un día feliz caminas descalzo, porque cuando uno camina descalzo es porque está feliz. Es en ese momento en que sientes la herida, diminuta pero herida. Te lo quitas, es un trocito de ese vaso que apareció allí donde ya habías limpiado, donde ya habías mirado...

 Cada vez que rompes un vaso, es como perder un amistad o un noviazgo, cuando te alivias regresa para recordarte los días felices y perdidos, pero en forma de herida…

martes, 1 de noviembre de 2022

Ye Che (Night Train), China no perdona

 



 Ya hablamos de este defecto personal de ponerse a ver cinematografía china…

 Luego de un tiempo de abandonar el vicio, un film del 2007 nos doblegó en la tentación ya que el problema que comentábamos es que por lo general, los directores chinos cuentan sus historias en no menos de tres horas y eso, para occidentales como nosotros, equivale al fastidio.

 Pero como “Ye Che” (“Night Train”), guionada y dirigida por Diao Yinan dura unos 94 minutos, no pude evitarla.

 Y así y todo, se hizo lenta, fatal, fastidiosa. No obstante, podrían existir claros motivos. Acaso el director en su pasión narrativa nos quiso trasladar el sentimiento de asedia, desazón, monotonía vital, entre otras angustias afines de la protagonista.

 Dicho estos inconvenientes como espectador, debo decir que la historia es tentadora y fantástica, esa historia que lamentamos que no se nos haya ocurrido a nosotros  para hacer una novela: una agente de justicia que se ocupa entre varias cosas de ejecutar a las mujeres condenadas a muerte, quiere escapar de su tristeza y soledad relacionándose con el esposo de una de las sentenciadas ya ejecutada…

 Creo que la historia hace que todo valga la pena…