Schipani en verso (poemas):


En la adversidad

“En la adversidad es cuando intentas hacer
lo debido con lo impropio.
La heterodoxia se despliega en alas
de sus aires
y navega en los mares invisibles
de todas las imposibles posibilidades.
Una nueva imaginación
nace apurada
y, adolescente, impone falsas credenciales.
En la adversidad
se intenta hacer una biblioteca
sin estantes,
una sopa sin olla,
un café sin cafetera.
Se transforman materiales
y se fuerzan los desechos
a cobrar vitalidades
que ya no tienen:
se exprimen botellas,
se escurren paquetes,
se acaloran viejas baterías,
se fatiga el noble té
se le pide de rodillas
al zapato
que resista.
En la adversidad se construye
lo necesario sin lo necesario
y surge no lo pensado
sino otra cosa
nueva, fantástica,
generalmente monstruosa,
desabrida e inútil.”



Dame tu luz de cárcel de nube…

     “Dame tu luz de cárcel de nube,
de cielo terrestre,
de sombra de un día de amor del pasado.
Dame tus ojos de flor al acecho,
de mimbres de oro y secretos sencillos.
Dame tu voz de panes crujientes y orillas serenas.
Dame tu luz de espigas del aire,
de ausencias soleadas,
de nombres vibrantes,
de músicas tenues.
Dame tu clara alusión a otro mundo,
tu luz no olvidada de aromas que vuelven
y playas no vistas
en islas no halladas.
Dame tu erguida intuición de estelares misterios,
dame tu don, tu decir, tu presagio.
Dame tu argot de acuosas sonrisas
que sólo en un tiempo sin tiempo aparente
otorgas a aquellos
que ansían milagros.”



Otoño

“Comenzó el otoño,
la batalla final en esa guerra
en la que ya nos intuíamos irremediablemente derrotados.

Principia el despliegue de plazas tristes
el festín de hojas muertas,
soles fríos
y muchachas que nos dejan
sin saber que las amábamos.

Comenzó el estigma del crepúsculo,
las palabras exigidas que no sirven
y el silencio peligroso de las almas.”



La luna está en tus ojos

"La luna está en tus ojos
¿En dónde sino en esas
dos veces infinitas maquinarias
fecundantes de fulgores sin decires?
La luna está en ti misma,
es ella lo que eres
y es ella el cielo en donde esplende
no lejano, pero siempre inaccesible
como todos los misterios…
La luna no está en la lejanía sin fin
de las alturas
sino, pequeña pero inmensa
en la fuente sutil del rostro que ilumina
como un faro a los opacos deslunados
a los náufragos del mundo.”



El alma la tenía en el cabello

“El alma la tenía en el cabello
y, despacio,  la agitaba algunas veces. 
El alma la tenía en el cabello
por eso es que era toda perceptible.
Mirándola al llegar, ya era presencia inmensa y agotada,
era esplendor pero esplendor inocultable;
quien lograra otorgarle una acaricia
de verdad la acariciaba
porque su alma era esa infinita continuidad
que en soledad peinaba siempre.
La lluvia la influía en sus aromas,
se tocaba y se cubría el rostro con su alma.
Otras veces, le caía entre sus labios
y velaba con su alma todo el cuello.
El alma la tenía en el cabello
expuesta y vulnerable,
y sin embargo,
guardaba como todas
su silencio y su secreto.”



(con el espíritu de Robert Desnós)
Iré a tus sueños como a tus gestos…

“Iré a tus sueños como a tus gestos como a la sombra preciosa
de tu vida
aunque hecho de ausencias…
Rondaré los bordes de tu aliento
en el anhelo,
en el deseo,
en la angustia de la esperanza
sin esperanzas.
Seré imprudente, comedido, desprejuiciado
para tratar de adentrarme en tus recuerdos como sea.
No tengo otra vocación que la de ser no tan lejano
aunque mi destino se geste en el océano
de las derrotas.
Merodearé tu espíritu,
vagaré como un mendigo sin receso
el corredor salvífico de tu mirada.
Me haré, por fin, fantasma para no dejar de abrazar tu cuerpo
incorpóreamente siempre…”



Que todo te ilumine solitaria…”

“Que todo te ilumine solitaria.
El mar que es más que el tiempo te embellece
sin prisa. Para siempre todo evoca
las lluvias en las olas y en tus manos.
¿A dónde irán los días?
¿A dónde, las palabras
que ya no me dirás?
Nadie responde. Quiero más que nada
que todo te ilumine castamente
librada de la tierra y de los años.”



El mar de octubre.

“El mar,
el mar de soledad,
el mar de soledad de soledades
de este mundo.
El mar de octubre.
El mar que trae los nombres
de aquellos cuyos rostros se ha llevado.
El mar de soledad
en un tiempo que no importa
a nadie,
a nadie.
El mar de las tristezas de la vida,
el mar de octubre.”



Algunas noches vuelvo a amarte

"Algunas noches vuelvo a amarte,
a amarte como cuando éramos niños:
sólo besos de despedida
en el ocaso de una calle,
sólo palabras de un futuro
que intuíamos inexistente
pero que igual nos confortaba.
Nos alcanzaba la esperanza inocente,
la luna cálida,
la mirada y la sonrisa.

Algunas noches vuelvo a amarte
y el mundo es nada
y el tiempo, un dios cruel e inoportuno.

Algunas noches esporádicas,
por suerte esporádicas,
vuelvo a amarte
y me rebelo contra esta arquitectura irremediable
de la vida."



De agua eres.

“De agua, de agua eres.
Como de agua, vas, vienes,
te mueves en el eterno espejo del aire
como en un lago,
como una sombra de agua con la consistencia
del agua eres y no eres.

Sólo cuando quieres te atrapa alguna red,
nunca la mía.

Soy el pescador incansable,
mortal pero paciente,
siempre derrotado,
que arroja redes
queriendo atrapar un ser
de agua en el agua”.



Eterna es la lluvia.

"Poco importa hacia dónde mires,
y poco tu deseo de escuchar a alguien que habla:
llueve para siempre…

Será más leve si te rindes.

Nada interrumpe este destino,
eterna es la lluvia.
No intentes espera alguna
ni te angusties,
es en vano,
la tristeza es para todos…"



El mundo ha sido esto.

"El mundo ha sido esto.
¿Qué más?
El día en el que el sol
te dio en el rostro,
aquel día en que aún
te ríes
y bebes
y te ríes.
Ése en que eras las palabras que decías
y el alma te temblaba
alegremente por los ojos.

El mundo ha sido esto,
y esto es todo."



Escribiré tu nombre en las sombras…

"Escribiré tu nombre en las sombras que yo encuentre.
En cada sombra errante indagaré tu sombra,
sin miedo, sin rendirme, sin otras pretensiones
que ser el rastreador del resto de tu alma.

Escribiré tu nombre en voces, en el aire,
en cada imperceptible estructura de este mundo.
Iré por ti, por donde ya a nadie se le ocurra
porque esa es la esperanza al estar desesperado.

Tal vez halle tus ojos de sombras de silencio
atados sin remedio al sitio irremediable
en donde nadie busca jamás a nadie nunca
y entonces te diré por qué no me he rendido."



Tú eres lo nuevo de la vida.

"Tú eres lo nuevo de la vida,
la gran puesta en escena renovada
del esplendor del mundo y sus fervores.
Tú eres el reestreno de la luz,
de la esperanza,
otra versión especular de la belleza.

Tú eres lo nuevo de la vida.

La última creación de las espumas antiguas de los mares
y el retorno de los cielos.
Humillas con justicia mis ocasos
e ignoras la estructura unánime de todo cuanto existe.
No sabes que ya estaba pautado el universo
por ello, lo recreas a pesar
de sus distancias inviolables.

Tú eres lo nuevo de la vida."

 .Sobre Otros Intentos Vanos
             
"Desplegadas todas las sutiles redes
que posterguen, al menos un segundo,
la inevitable pérdida.
Ordenadas y dispuestas
todas las estrategias
que puedan, con poca maldad,
retenerte.
Jugadas todas las cartas,
vertidas todas las fuerzas,
aplicados todos los antídotos
e inyectados todos los venenos,
espero, sin esperanzas.
Observo los escasos objetos
que te hacen referencia
dispuesto a rendirles culto
como reliquias sagradas
de una deidad
que me ha olvidado.



.¿Tengo que hablar de tu belleza?

"¿Tengo que hablar de tu belleza?,
¿De este deseo inconfeso
de no saber que existes,
de este aprecio por una ignorancia culposa
que me alivie en algo?

¿Tengo que haberte visto
y saberte bella para otros que no saben,
ni intuyen la inmensa dimensión que esplendes
cada uno de los instantes de tus días?

¿Tengo que hablar de tu belleza?
¿De este maldito don de apreciarte
como nunca jamás
nadie lo hizo ni podrá otra vez hacerlo?

¿Tengo que saber yo, justamente yo,
que estás, que vives,
que perdurarás aún bastante
cuando ya no sea
ni siquiera alguien o algo
con capacidad de lamentarse?

¿Con qué fuerzas
tendré que seguir ahora que sé que eres posible,
que estás en el tiempo
y te mueves en el mundo,
que andas y sonríes
tan gloriosa sin saberlo cabalmente?

¿Tengo que hablar de tu belleza?
Me tienes condenado así, sin que lo sepas,
a soñarte cerca, a desearte, a reconstruirte
en la vigilia y en el sueño una y mil veces.

¿Tengo que hablar de ti?

¿Tengo que necesitarte hasta la muerte
sin más posibilidades?

¿Cómo haré para seguir
con esta rotunda certeza de ti misma,
tersura de las luces
y luz de las luminidades?

¿Cómo? ¿Cómo?

¡Qué desesperante será fingir la vida, mirar
sin decir que te estoy viendo
porque ya no podré no verte.
Tendré que hablar, oír, hacer que existo libremente
como si no fueras tú lo único
verdadero de la vida.

¿Tengo que hablar de tu belleza?

Me has quitado todo los decires.
Ya no me queda más que este martirio,
este azote impiadoso que principia en tu rostro
y se propaga."


Las arañas que no vemos

"Te levantas
en la espléndida mañana
 y de tal modo
el sol es una dulce arquitectura
o una pequeña obra de arte en tus sábanas dispersas,
que abres la puerta hacia el esplendor del mundo
sin un solo rasguño,
sin saber, tu piel, la dicha inmaculada
de haber sido merodeada y perdonada
en un acto de piedad silenciosa
sólo porque la suerte
te quiso inmóvil en tu sueño
mientras ella andaba errante
con su obscura espiga capaz
de llevarte a otras
obscuridades."