martes, 28 de abril de 2015

Parodiar al superhéroe II

  Otro antecedente al que no puedo dejar de hacer referencia es a la serie “Batman” de la década del `60,

  Lo triste era que los niños de entonces no nos dábamos cuenta de la parodia, tomábamos el engaño hasta que un hermano mayor o un amigo despabilado nos despertaba o cuando al paso del tiempo lográbamos entender el artilugio.

  Y nos sentíamos estafados, engañados en nuestra buena fe.

  Es el día de hoy que creo que, en el fondo, amamos y odiamos esa vieja serie y, como si fuese poco, cuando los niños del `70 despuntábamos la adolescencia apareció la parodia de “Mujer Maravilla”

 Otro engaño, otro sentimiento encontrado.

  Los tiempos que corren tienen otra mirada o parecen tenerla.

  O acaso, al igual que los niños, nos hemos quedado sin la capacidad de distinguir entre la seriedad y la parodia.








domingo, 26 de abril de 2015

Parodiar al superhéroe

 No es algo nuevo. A decir verdad, es algo reiterado.

 Se ha hecho muchas veces eso de parodiar a los superhéroes, burlarlos o hacer versiones humorísticas.

 He visto, últimamente, esas versiones animadas en las que Superman y Batman se reúnen cada tarde en un café y discuten dejando aflorar sus obsesiones, sus paranoias, en fin, sus grandes defectos.



 Y buscaba en mi memoria si había existido algo similar…

 Creo que un antecedente de esto podrían ser las “Superbufonadas” editadas en castellano por Editorial Novaro tomadas de la original revista Plop! de DC.


 Aquí un par de muestras:

Flash espía las cartas


Superman irónico

martes, 21 de abril de 2015

Lois Lane siempre muere…

 Si hay alguien que siempre muere es la novia de Superman, Luisa Lane.

 Famosa es la muerte que sufre en la saga de la década del `80, Luisa era Margot Kidder y el superhéroe era Christopher Reeve

 Pero esta idea no es de génesis cinematográfica, el comic ya la había “matado” infinidad de veces.


 Tiene suerte, siempre, de alguna manera, resucita…









sábado, 18 de abril de 2015

Superman de entrecasa



calentando malvaviscos..

 De niños nos pasábamos las horas pensando pavadas.

 De grandes, también, aunque no lo confesamos…

 Y ahí estábamos, imaginándonos que Superman, en su casa, se haría unas hamburguesas con sus ojos de rayos láser, clavaría los clavitos de la pared para los cuadros usando su meñique, barriría el comedor de un soplido y aspiraría la alfombra literalmente, aspirándola.

 Y era verdad, así nos lo muestran los maestros del comic, espiándolos muy pocas veces de entrecasa porque ¿a quién le importa lo que Superman hace puertas adentro?

 A nosotros nos importa…

 A los niños de antes….


 A los grandes de ahora que no salen jamás de la niñez…


calentando en su adolescencia malvaviscos en inglés



lunes, 13 de abril de 2015

Eduardo Galeano…



 Y nos dejó, Eduardo nos dejó.

 Una colega me decía hoy que se le caían las lágrimas.

 Alguien le había regalado El libro de los abrazos cuando cumplió los 14 años. Algo que no olvidó jamás.

 De eso se trata ser escritor…


sábado, 11 de abril de 2015

Terragno, la novedad a riesgo de la calumnia



 Rodolfo Terragno escribió un libro tratando de probar que el gran San Martín tenía una amante.

 Tiene un par de cartas de las que no se puede deducir demasiado, lo demás lo construye entre datos sin documentos y suposiciones.

 Sus críticos lo defienden  y aplauden con la idea de que un buen secreto es el que no se ha sido traicionado, el que siguió siendo secreto.

 Habría que tener en cuenta dos cosas. Una, que los secretos no existen, tarde o temprano todo se sabe, por lo tanto, si no tiene certeza del hecho, lo más factible es que no haya sucedido.  La otra, que en el supuesto caso de que si existiese el secreto perfecto, este permanecería sin revelarse jamás.

 Quiero decir que si a esta altura no va a hacer la revelación fehaciente de que el prócer ha tenido una amante sería mejor que no publicase nada, al menos en formato de ensayo político disfrazado de biografía.


 Para soltar la imaginación está la ficción, amplia, libre, inconmensurable…



miércoles, 8 de abril de 2015

Cincuenta Sombras según Carnevale…

 Varias veces se citó en este blog a ese señor gruñón que es Jorge Carnevale. Crítico que abjura de la crítica, amante del cine que lamenta que el cine que soñara ya no exista, maestro del insomnio confesado al que mitiga pasando de memoria escenas cinematográficas memorables…

 Dice este señor sobre el film Cincuenta Sombras de Grey:

“…nadie mata, nadie muere pero siempre se nos amenaza con algo que no pasa a mayores…”

“Queda claro que hay prácticas que la muchacha considera inaceptables. Y también que puede irse cuando quiera. Detalle para tranquilizar a la platea…”

“…la película está construida para atraer sin perturbar.”

“El espectador que en los `70 acudía ansioso a ver Último Tango en París, no salía como entró. La mayoría de las películas que contamos padecieron en su momento el fantasma de la censura. Eran peligrosas para los gobiernos de turno. Cincuenta Sombras no correrá ese riesgo. No va a incomodar a nadie.”

“Es erotismo descafeinado.”

“No va contra las reglas. Tampoco fascina ni trastorna…”

“A la peli le sobra media hora.”


“El desenlace se ve venir sin que el espectador sea demasiado astuto…”




domingo, 5 de abril de 2015

Globish, ese nuevo idioma…



 Confieso que no conocía el término. El filósofo Axel Honnethes acepta que esto que se habla internacionalmente no es precisamente inglés, es Globish. Un término que parece ser inventado por un tal  Jean Paule Nerriere para designar una especie de idioma universal derivado del inglés y que es, a la vista de puristas, algo más degradado que el inglés-internacional.
 
 Ya ha pasado otras veces en la historia de la humanidad. El latín que hablaban los hispanos no era igual al que se hablaba en el centro de Roma.

 Supongo que el Globish, es mirado con orgullo por el patriotismo norteamericano que ve la consagración de su triunfo cultural en todo el mundo.


 Y supongo que es mirado con horror por numerosos ingleses, sobre todo por los que consideran que londinenses de verdad son sólo aquellos hasta los que les llega el sonido de las campanas del Big- Ben