sábado, 2 de julio de 2011

El arte de la “no espada”.

  Yo soy y seré un espadachín frustrado.

  No obstante, las historias con espadas (occidentales u orientales) me encantan.

  Transcribo pues, el fragmento de una nota de Fabián Casas: “…Suzuki narra esta historia que yo voy a abreviar. En un bote, cruzando un inmenso lago, iban varios pasajeros y entre ellos dos samuráis, los cuales se reconocían mutuamente por las largas espadas que llevaban. Uno era Boduken, el otro un samurái -para decirlo de alguna manera- medio fanfa*. Rápidamente el samurái fanfa lo retó a pelear a Bokuden para demostrar quién de los dos era mejor en su arte. Pero Boduken le dijo que no podía pelear porque practicaba el arte de la no espada. El samurái fanfa se enloqueció pensando que le estaba tomando el pelo delante de los demás pasajeros y redobló su deseo de pelear. Al final Boduken accedió y le dijo al barquero que se acercara a la costa con el bote. Cuando ya estaban a unos pasos de la arena -con los pasajeros tensos ante la inminente pelea de los dos samuráis- Boduken invitó al samurái fanfa a que bajara a la playa, cosa que hizo saltando aparatosamente del barco y sacando a la vez su inmensa espada. Boduken ni se inmutó y, sin bajar del barco, le pidió el remo al barquero, lo apoyó contra la arena y empujó de nuevo el barco hacia el centro del lago, con gran precisión y fuerza. El samurái fanfa se quedó de piedra, viendo cómo la embarcación con su rival y los pasajeros se alejaban. ‘Este es el arte de la no espada’, le gritó Boduken”.

   Un relato genial.

   Para degustarlo en silencio…


*“Fanfa” por “Fanfarrón”: persona que presume o alardea de cualidades que en realidad no tiene, especialmente de valentía o superioridad.   

No hay comentarios:

Publicar un comentario