Hace un par de días, algo hablamos sobre "Deadpool
& Woolverine" como película. Ahora nos explayamos ampliando la mirada
como fenómeno cultural:
Es la guerra de Troya cuando Aquiles
mata a Héctor y está preso de furia. Ata el cuerpo perforándolo por los
tobillos y lo arrastra con su caballo por las afueras de la ciudad. Plena
ira (hybris), por parte de Aquiles.
Promete la peor de las vejaciones que se podrían prometer: dejará su cuerpo
descomponiéndose y a merced de los pájaros carroñeros. Héctor jamás descansará
en paz. Días después, el padre de Héctor, Príamo, rey de Troya,
se infiltra en el campamento enemigo y llega hasta Aquiles para rogarle
que le deje llevar el cuerpo de su hijo que, seguramente, estará en muy mal
estado. Aquiles es un guerrero de honor, como lo eran todos aquellos que
forjaron nuestra cultura occidental. No aprovechará la situación para eliminar
a Príamo, lo consolará, le devolverá el cuerpo de su hijo que
contrariamente a lo imaginado, Aquiles ha dispuesto conservarlo dignamente. Ha mandado a untarlo con aceites que evitan la descomposición, no lo ha
dejado a la intemperie, ha hecho que cierren y restauren sus heridas, por
momentos parece más rozagante que en vida. Aquiles experimenta
(sofrosine) la calma, la sensatez. Son guerreros cuya desgracia histórica los
ha puesto en batalla, pero conservan honor, nobleza, responsabilidad. Son
guerreros que enaltecen a sus enemigos, porque la grandeza del enemigo, habla
de su grandeza propia.
En este contexto, hemos visto
miles de episodios de nuestro historial de sangre. Hoy recuerdo al Barón
Rojo que siempre que podía, acompañaba con su avión, el trayecto de caída
del enemigo que había abatido.
No piedad, pero siempre honras al
enemigo.
Pero Deadpool es un
personaje de comic, de cine, es lo contrario de lo consignado: un irreverente, un irrespetuoso,
un burlador, un vencedor sin sofrosine ni piedad.
A veces pienso que comic y cine se
nutren de la realidad, a veces que la realidad se nutre del cine y del comic.
Como sea, se realimentan siempre.
Deadpool nació coincidentemente con la Guerra del Golfo, meses más, meses
menos. Dio sus primeros pasos cuando nos anoticiábamos de las vejaciones que se cometían en Abu
Ghraib. Allí, donde fuerzas vencedoras de EE.UU. se mofaban de los vencidos.
Circularon desprejuiciadamente las imágenes de militares norteamericanos
riéndose de cuerpos de enemigos muertos, sometiendo a los prisioneros a
torturas y a situaciones humillantes, siempre sonriendo.
Luego los sancionaron, por
supuesto. Pero todo sucedió. Las imágenes están a disposición en la red, y la
lista de torturas también. No las copiamos aquí porque no es el lugar.
Algunas situaciones nos recuerdan
la actitud de Deadpool versión comic, versión cine.
La desmesura ficcional, lúdica, no debería jamás trasladarse a
la realidad de ningún modo. Pero a veces sucede…