Siempre pienso que las ventanas contienen una
poética propia, una poética que no logro descubrir en su dimensión total, pero
disfruto en su misterio lírico.
Pienso, acaso siento, que las ventanas dicen una
poesía en un lenguaje no convencional, como el de los sueños, otra sintaxis,
otras palabras sin palabras.
Por eso es que, de tanto en tanto, supero mi
inhibición de fotógrafo frustrado y tomo fotografías de ventanas: