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Mañana, junto a otros dos escritores de esta bella ciudad, estaré hablando sobre “lo absurdo” en la literatura.
Me pregunto si hablar sobre el absurdo en un bar de una ciudad balnearia, pero en otoño y a las once de la mañana, no es de por sí una situación algo absurda…
Actividades urgentes nos quitan tiempo para lo que deseamos, por ejemplo, estar con más asiduidad en este espacio…
Por lo pronto, frecuentar
las noticias internacionales nos aparta de las tragedias locales.
Se derrumban las aspas del
Moulin Rouge y los caballos del Rey se desbocan por las calles sin jinetes y
sin batalla.
Europa ya no es lo que era…
https://www.elmundo.es/cultura/2024/04/25/6629f44721efa05a118b457e.html
Unas urgencias aplazaron
la aparición de nuevas entradas a este espacio. Intentaremos remediarnos. Nos
gusta la asiduidad.
Se celebra el día del beso
cada 13 de abril.
Cosa algo simpática, algo
ridícula.
Pero, lejos de haberse
elegido la fecha por algún episodio cinematográfico espectacular se hizo porque
en algún tipo de competencia, una pareja se “besó” durante 58 horas, 35 minutos
y 58 segundos...
Claramente, eso no es un
beso. Tener pegados los labios uno con otro no supone un beso.
Casi diría que el beso
verdadero tiene una importante impronta de fugacidad…
https://elle.clarin.com/belleza/maquillaje-labiales-makeup-beso-dia-internacional_0_uDrcRPnkUT.html
“Yo la vi talonear los caballos australes,
niña y pintando el orbe de sus juegos.
La Patria no ha de ser para nosotros
nada más que una hija y un miedo inevitable,
y un dolor que se lleva en el costado
sin palabra ni grito…”
Leopoldo Marechal
Los días 2 de abril,
siguen siendo “...un dolor en el costado”…
Dicen que los viejos se quejan de los contenidos que el público consume hoy en día: “Esas porquerías que mira la gente”, en referencia no pocas veces a lo que aparece en cine y series. Y ahí la vamos de nuevo como con lo del “huevo y la gallina”: “Pero es que la gente consume porquerías porque es lo que le ofrecen, pero le ofrecen porquerías porque es lo que la gente quiere”, y así…
Y hablando de porquerías
es que nos preguntamos si la narrativa cinematográfica no se ha nutrido
demasiadas veces de las historias de delincuentes, malvivientes y otros sujetos
afines.
Muy posiblemente, pero en
especial cuando toman ciertas características legendarias. No haríamos un
listado ahora, pero evocamos a Bonnie and Clyde y TheUntouchables,
que en realidad ponderaban al policía idealista que perseguía al mítico Al Capone.
En estas tierras, la moda
está en que las plataformas nos ficcionalizan las “hazañas” de inmorales y
asesinos locales, que están vivitos y coleando en prisión o en libertad. Nos
referimos a la serie “Coppola, el representante” que
narra las “edificantes” acciones de quien fuera, entre otras cosas, representante
de Diego Maradona y nos referimos a “Nahir”, una jovencita que tomó el
arma reglamentaria de su papá policía y puso dos balas en el cuerpo de su
joven novio al que privó de la vida.
Lo que le dan a la gente…
Lo que la gente quiere…
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