El director técnico de fútbol Carlos Salvador Bilardo, quien condujera el seleccionado argentino al campeonato del mundo de 1986 y al subcampeonato en 1990, posee una biografía que es todo un anecdotario. Siempre ostentó esa picardía de “pibe futbolero argentino”…
De todas ellas, a mí la que más me gusta es la de la copa “Otero” que se jugó en Pontevedra allá, por los años ’70, él dirigía “Estudiantes de la Plata” y disputaban un pequeño campeonato amistoso contra el “Valencia”.
El partido terminó empatado en cero y fueron a “alargue” de dos tiempos de 15 minutos. Como el resultado era el mismo y la organización no contemplaba resolver por disparos desde el punto del penal, se decidió que la copa se echase a la suerte por “cara o cruz”.
Bilardo, según él confiesa, le mandó a decir a su capitán de equipo Malbernat que, ni bien la moneda tocase el cesped, todos se abrazasen y se arrojasen al suelo y festejasen locamente.
Y así fue.
Y se llevaron la copa y el triunfo…
Y nadie pudo saber jamás de qué lado cayó la moneda.
Inclinado, como muchos de su
tiempo, a los “descubrimientos” del espiritismo, se sintió llamado a escribir “El libro de las hadas”
seducido sobremanera por el entusiasmo que le produjera el hecho de que llegaran
a sus manos las fotografías tomadas por “las
niñas de Cottingley” (Frances y Elsie). En las mismas se
veían a una de ellas con la mirada sin objetivo claro, con una mano en la
barbilla, muy cerca de un grupo de pequeñas hadas danzantes. El escritor,
engañado en su buena fe, creyó tener pruebas irrefutables, especialmente, una vez
que las pequeñas accedieran a un equipo fotográfico de calidad superlativa para
la época. Ellas “lograron”nuevas
placas con nuevas hadas. El conjunto total es de cinco fotografías, en una de
las cuales, no aparece un hada sino un duende con su ropita típica.
Pero…
En 1983 confesó una de las
protagonistas que se debió a un juego logrado con montajes elementales, sin
embargo, alegó que como vieron que “el juego” tomaba otras dimensiones,
decidieron seguir adelante fraguando fotografías de haditas de recortes
ensamblados.
Ya algunas voces de la época
habían denunciado el timo supuesto aduciendo que, por ejemplo, en una
fotografía, las hadas estaban en la misma pose que unas bailarinas publicadas
en un libro, sin dejar de mencionar lo curioso de que hadas y duende tuvieran
un peinado al estilo de la época, y que salvo en una toma, las niñas no miraban
a los seres feéricos a pesar de que los tenían a mano.
Lo cierto es que el creador del
“inmortal” Holmes pasó su vida tomando el engaño como millares o
millones de personas sin haber sido tan perspicaz y agudo como su
personaje…
Mi padre
leía en el diario La Razón,
una historieta llamada Cabo Savino.
Una historieta de gauchos, de “salvajes”, de puñales, galopes, traiciones y
lealtades.
Luego
desapareció el diario y más tarde murió mi padre.
Pero la
historia siguió lejos de las grandes ciudades, en una ciudad del sur
argentino, y yo no lo sabía.
Dicen que
desde ayer se convirtió en la historieta más longeva del mundo. Sale desde
1954.
Carlos “Chingolo” Casalla la creó y la
dibuja.
No pensemos
en los records Guiness
pues ése es un libro espantoso.
Pensemos en
alzar la copa por Casalla y su “Cabo
Savino”…
Las últimas
dos notas de este blog rondaron en torno a curiosidades sobre el tema de la bella
que duerme…
Y prometo
que ésta es la última entrada al respecto.
Es que,
ciertamente, se pusieron en pantalla dos películas sobre el mismo tema en el
mismo año: “Espejito, espejito”
(Lily Collins, Julia Roberts), y “Blancanieves
y el cazador”(Chris Hemsworth, Kristen Stewart).
Pero,
¿ocurrió algo así alguna otra vez?
Pues sí:
.“Misión a Marte” (Mission to Mars, 2000), “Planeta Rojo” (Red Planet, 2000) (Visita al planeta rojo).
.“Antz” (“Antz”, 1998), “Bichos: Una Aventura en Miniatura” (“A Bug’s Life”, 1998) (Aventuras de insectos).
.“Impacto Profundo” (“Deep Impact”, 1998), “Armagedón” “(“Armageddon”, 1998) (Uno o varios meteoritos se nos vienen encima).
.“Dante’s Peak: La Furia de
la Montaña” (“Dante’s
Peak”, 1997), “Volcano” (“Volcano”, 1997) (Salvar a una ciudad de
un desastre natural).
.“Viceversa” (“Viceversa”, 1998), “18 Otra vez”(“18 Again!”, 1998) (Un adulto en el cuerpo de un joven y
viceversa).
Seguramente
existen otros casos, pero mi memoria llega hasta aquí…
La
producción cinematográfica se pone temática por momentos… Ahora es el turno de
hacer de nuevo los cuentos infantiles, pero
para los infantes de aquí y ahora…
“Espejito, espejito”, memora la
versión de La bella durmiente,
“Blancanieves y el cazador”
en este momento, retoma la temática que ocupa las pantallas como lo hiciera en
otros años la multiplicada Caperucita
(“La verdadera historia de caperucita
roja”, “La chica de la capa
roja” por citar algunas).
En
principio, mi primer movimiento del alma fue el de rotunda oposición. Los
cuentos infantiles deben conservarse como tales. Estas versiones siglo XXI
pecan de eso, de ser exageradamente versiones de clásicos infantiles al modelo del siglo XXI.
Pero a poco
de andar, cambié de parecer.
Parece que
no soy capaz de mantener mis convicciones…
Es que
recordé que en un texto épico de origen hindú Padmavat (1540), aparece, acaso por primera vez, el
diálogo de una reina, Nagamati quien le pregunta, no a un espejo pero sí
a un loro, quién es más bella, si ella o Padmavati…
Supe también,
en algún momento, que hay una versión de Blancanieves albanesa, de tiempos medievales en la que la protagonista vive
con cuarenta dragones y su sueño es causado por un anillo. En esta versión, las
hermanas celosas son quienes tratan de matarla
y no la madrastra.
Hay otras
versiones perdidas y no tan perdidas pero sí desestimadas en las que los enanos
suelen ser ladrones y el espejo está reemplazado por el sol y la luna… Sin
olvidar la obra del siglo XVI de Giambattista Basile, Pentamerone, en donde una
niña llamada Lisa o Talía se clava un peine mágico y cae
inconsciente para despertar en la adolescencia en su tumba de cristal o de
terciopelo…
La versión
alemana recopilada por los Grimm, previo paso por la pluma del señor Perrault,
es publicada en 1812, en esa primera edición la villana era la madre, pero como
la idea no era digerible para la época, reconvirtieron la figura de la malvada
y ya en la edición de 1857, la madrastra es la villana en todo su esplendor.
La historia
ha sufrido variantes a lo largo de la Historia…
Acaso los
padres de antaño, esos que leían en la cama a sus hijos, también hacían
variantes caseras al relato. Es muy posible que las variaciones respondiesen al
gusto del niño que debía dormirse.
Tal vez, al
fin y al cabo, estas "algo antipáticas" versiones cinematográficas no sean más
que nuevas versiones del relato, la misma historia que ya no es tan “la misma”
contada una y otra vez transformándose siempre…
Obdulio
Varela, mediocampista uruguayo del `50 conduce a la victoria a su selección contra Brasil
en el Maracaná en la primera final por la copa del mundo: “Maracanazo”.
Cientos de
miles de brasileños y sólo 100 compatriotas en el estadio.
Y da vuelta
el uno a cero.
Y todo
enmudece.
Quiero
decir, todo Brasil enmudece.
Es el héroe
de la jornada, el héroe de su país.
A la noche
no festeja, deja subrepticiamente el
hotel y se va por las calles cariocas a beber.
Observa el dolor de los demás.
Según
algunas versiones no lo reconocieron (no existían los medios de comunicación
que hoy tenemos por lo que su rostro no era tan familiar), según otras, algunos
lo reconocieron y lo saludaron, lo cierto es que nadie lo agredió y lo más
cierto es que se quedó hasta el amanecer sufriendo y llorando con los
derrotados.
Dicen que
esta frase es de él: "Mi patria es
la gente que sufre".
Es mi intención dar inicio con este título a una
serie de entradas.
No
necesariamente seguidas sino caprichosas y esporádicas, así, acordes con el
espíritu de este blog. Algo parecido a la serie Mito e Instante que trata de fotografías especiales de algunas
personalidades y de las que publicamos una de tanto en tanto.
Vale decir
que, esencialmente, no podemos acreditar todas las certezas del relato, pero
que se tratará de ser muy fieles, es que se me ocurre que la “anécdota” como tipo narrativo es muy
amigo de la “leyenda urbana”…
Sea como
fuere y lo que fuere, hoy hablamos de Nino Benvenuti, el gran boxeador
italiano al que Monzón le arrebatara el cetro en 1970. Obviamente, como en la mayoría de las historias de los grandes boxeadores, una derrota importante
supone que la estrella comienza irremisiblemente a menguar.
Y así fue con
Nino.
Hace muy
poco escuché a un afamado relator de
este deporte quien aseguraba que Benvenuti,toda vez que podía (y que no eran pocas),
iba a ver pelear a Monzón…y lo filmaba…filmaba toda la pelea y todas si
fuese posible. Era para verlo perder, quería filmar la caída de quien lo
venció.
Acaso, en su
deseo de dios derrotado soñaba con apropiarse del oprobio de su contrincante a
manos de otro para poder, en la soledad de su casa, solazarse una y mil veces.
Pero esto
nunca ocurrió, cualquiera sabe que Carlos Monzón se retiró invicto.
Benvenuti condujo alguna vez, un programa de
televisión y recibió a Monzón en un par de oportunidades. Fueron amigos
y Nino visitó a Monzón en
las horas más desgraciadas de éste como prueba de amistad y portador de
consuelo.
Cada noche Little Nemo es transportado en sueños a
Slumberland, y la esencia de su sueño es el tema de la acción.
Little Nemo in Slumberland es
una historieta grandiosa de 1905 creada por Winsor McCay.
Un niño
vagabundea oníricamente guiado por pesonajes deliciosos como el rey Morpehus,
la Princesa, el verdoso geniecillo Flip, Impy, el caníbal
arrepentido entre otros.
Cada página
fue un sueño y luego de cada sueño, el despertar con algún comentario o
reproche de su madre.
En este
espacio debíamos una mención a esta obra genial y cumplimos con “subir” una
muestra de aquella historieta. Esperamos que pueda leerse y apreciarse como se
merece.
Nota:
con “doble click” las imágenes deberían verse en grande…
Recomendamos la infaltable nota de cada viernes de
nuestra sección especial: “Pipas como
almas”, un espacio para nuestros “amigos en la hermandad del humo”.