Supongamos que usted ha creado algo, una pieza musical, una novela, un libro de poemas, lo que fuere.
Cansado de subestimarse, intuye que algo de aquello que hizo podría tener algún valor…digamos… cultural de cierta importancia. Y, como tratará de darlo a conocer por cualquier medio, desea ponerlo a resguardo haciendo el trámite de “derechos de autor”.
Básicamente, en Argentina consiste en que uno entrega su obra en un sobre que va parar a un oscuro depósito por tres años. Terminados los cuales, si no media renovación alguna, lo arrojan al fuego.
La imaginería local ha creado macabros personajes que, siendo empleados de dichas oficinas, se apropian de las obras geniales de ingenuos autores que omitieron renovarlas y las ponen a su nombre.
Pero lo cierto es que, salvo algún ancestral rumor que rondó décadas pasadas en el mundillo de los registros musicales, no se supo jamás que la gloria literaria fuera a golpear la puerta de ninguno de dichos empleados. De lo que deducimos tres posibilidades a saber: 1. los empleados son unos tipos muy honestos, 2. todo lo que registramos es una reverenda porquería o bien, 3. los empleados, carentes de una vena estética apropiada, no pueden distinguir una obra buena entre infinidad de malas y, agobiados de leer tanto, terminan por arrojar todo al fuego como en principio.
Haciendo esta salvedad, supongamos que usted desea registrar una obra en Argentina. En ese caso tendrá que ir con ella y hacer un trámite más o menos largo en la Dirección Nacional de Derecho de Autor.
Pero sucede que usted no vive en Buenos Aires, pongamos que usted vive en Mar del Plata como yo.
Y no está esa oficina en Mar del Plata ni ninguna dependencia “que haga las veces de…”
Entonces, debe usted hacer el mismo trámite pero, un poquito más largo…
A saber:
Primero debe ubicar dónde está la Sociedad de Escritores Marplatenses. El paso a seguir es llamar allí por teléfono para concertar una cita en dicha dependencia a partir de las 16: 30 hs. más o menos… el “más o menos” es literal.
Una vez allí, será atendido por una señora amabilísima, escritora ella, que posee en una esquina de su casa, (porque al entrar a la Sociedad de Escritores Marplatenses uno se percata de que no es otra cosa que la casa de una señora), digo, que posee en una esquina, un busto de Alfonsina Storni del tamaño digno de una plaza céntrica pero está ahí, en un rincón del living.
Esta señora que, verdaderamente, es un encanto y es muy atenta, le vende a usted tres planillas (amarilla, verde y rosa) por $32.- y sin factura mediante, usted se va con los pasos a seguir.
Obviamente, se deben llenar las tres planillas de forma original. Luego, como no hay otra manera de que se sepa en Bs. As. que usted es usted, debe ir a registrar su firma al Registro de Firmas.
El Registro de Firmas se hace en una oficina que no está a la vuelta de la esquina pero que atiende de 8 a 14 hs. Allí se puede constatar que no sólo se registran firmas sino que se toman declaraciones de diversa índole, por lo que verá cierto parecido a una dependencia policial, de hecho hay policías que toman declaraciones a personas que chocaron su auto o se fueron a las manos o ambas cosas.
Allí, saca número, hace la cola, espera y registra la firma, pero hay que pagar por ello. Módico: $ 5.- por firma, pero como son tres folios, serán $ 15.- Usted intentará pagar pero no, ellos no cobran, hay que ir a un banco Provincia de Bs. As. que tampoco queda a la vuelta de la esquina, y volver al otro día a buscar sus papeles con firmas registradas.
Va al banco, hace la cola y paga los $ 15.-
Otro día, vuelve a la oficina de registros, saca número, hace la cola y espera entre aquellos que chocaron su auto o se trompearon o ambas cosas…
Con esos formularios de firma registrada, tiene que tomar un sobre y colocar su obra, cerrar el sobre y lacrarlo 3 veces…
El lacre en Mar del Plata tiene un valor de $ 1.- pero, hay que encontrar un negocio en Mar del Plata que venda barritas de lacre ya que el último que lacraba sus sobres por estos pagos debe haber sido el Virrey Sobremonte.
Pero, queda otra posibilidad, frente al correo hay un negocito en donde otra amabilísima señora le lacra a uno el sobre por $ 4,5.-
Hecho lo dicho, debe poner su sobre con la obra en otro sobre más grande y mandarlo de manera certificada $ 40.-
Finalmente, como a uno no le ha quedado en la mano más que un recibo de algo enviado por correo, queda esperar que le reenvíen uno de los folios que usted firmó y certificó.
Mientras, reza.