Y el vino
entre amigos puede llevar a discusiones de calibre desproporcionado…
Está
comprobado que una noche de buena comida y buena bebida puede hacer discernir
sobre el sentido del universo o sobre lo resbaloso que eran los antiguos
botellones de aceite…
y todo defendido y refutado con el mismo fervor…
Hasta que se
habla del bendito “caballo” y que “para
qué lo fueron a meter dentro” y “que
si no lo metían, hasta hoy estarían los aqueos como pelotudos sitiando Troya”
(con perdón del término pero una cita textual es una cita textual)…
En algún
momento, como para apaciguar ánimos, alguien, alguna vez, deslizó la idea de
que lo del caballo fue una patraña ficcional y que nunca entró triunfante
griego alguno a Troya…sin duda una estrategia que pudo calmar las fieras
en una discusión y dejó un momento de mudez que es el fin de cualquier
contienda verbal y no tan verbal.
Lo cierto
es que los actuales resultados de los estudios serios arqueológicos no dejan de
arrojar dudas del triunfo griego.
El glorioso
Schliemann además de cargarse con cuanto pudo y llevarlo a Berlín para
que todo termine en un museo de Londres, no pudo saber que había no una Troya
sino nueve Troyas o una Troya nueve veces reconstruida, nueve
veces muerta y renacida y que, tal vez la sexta o séptima sería la de La Ilíada.
Pero no hay
rastros de triunfo griego…ni uno…ni uno solito, pequeñito, nada…
Y mis amigos
se silencian porque si hay algo que les gusta es la historia y saben bastante y
saben que muchas veces las victorias fueron más propagandísticas que reales…
El silencio
en la tertulia deja en el aire la posibilidad de aqueos que no lograron entrar
a Troya lo que supone a una Helena nunca recuperada…y el montaje
de una narración grandiosa y monumental que los salvara de la vergüenza…
Cfr Vietnam
ResponderEliminarA no dudarlo.
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