Los poetas nos hacemos la vida a costa de dolores del alma, desengaños y soledades.
Es nuestra gloria y nuestro fuero. La columna vertebral de un sentido de vivir.
Si alguien critica esto nos ofendemos.
No obstante, las buenas críticas superan el deseo de esconderlas. Y más si viene de un poeta que se criticó a sí mismo:
“Dices que eres poeta porque no tienes el pudor necesario del silencio. ¡Bien te vaya ladrón, con lo que le robas a tu dolor y a tus amores! ¡A ver qué imagen haces de ti mismo con los pedazos que recoges de tu sombra!”
Jaime Sabines.
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