martes, 5 de abril de 2011

Crítica de refranes II.

Ustedes disculpen si el tema es tedioso, pero, los desvelos en general son siempre injustificados y éste es uno de esos desvelos…
  “No hay peor sordo que el que no quiere oír”.
 Pobres sordos.
  La aseveración puede tener cierta certeza, pero ha sido de modo nada feliz transmitida de generación en generación.
  Pobres sordos, amén de cargar con esa dificultad le endosan un refrán que no les hace buena fama.
  Ya se entiende que la justa diatriba iba contra los “necios”. Son los peores sordos aquellos que se niegan a escuchar la verdad irrefutable.
  ¿Pero qué culpa tienen los sordos?
  El adverbio “peor” supone lo malo. Es decir: “aquello es lo malo y esto es todavía peor”. Por lo que al escuchar el refrán subyace algo así: “los sordos son todos malos y de todos los sordos malos, los peores son los que no quieren oír”.
  Tremendo.
  ¡Juicio y castigo para el hacedor de esta ignominia!
  Les dejo la tarea de buscar el refrán que lo reemplace.

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