lunes, 4 de abril de 2011

Crítica de refranes.

  Convengamos que el refranero popular tiene algunas producciones que merecen alguna crítica…
  Entiendo que la adusta historia, el serio anonimato, la cualidad pedagógica les han otorgado, a los refranes, una categoría de respetables a toda costa…
  Pero, aun así podríamos arriesgar alguna crítica…¿por qué privarse de hacer algo imprudente de vez en cuando?
  Pongamos por caso: “Buey solo, bien se lame”. Clara y antigua apología de la soledad producto y consejo de quienes han sufrido uno o numerosos desengaños amorosos y, acaso por qué no, traiciones comerciales, laborales y otros desaires…
  Pero la imagen es poco probable. ¿Se lame el buey? Por otra parte: ¿se lame bien el buey? Bien, lo que se dice bien, se lame el gato. Y no lo hace solo, se lame cuando quiere y en presencia de quien fuere, cuñados, presidentes, vecinos, reyes o papas. Pero, ¿el buey?
  Por otra parte ¿alguien vio lamerse a un buey y solo? Es prácticamente  imposible, porque solo, verdaderamente solo no estaría pues debería estar con el observador que creó o aseguró que “Buey solo, bien se lame”. Yo no conozco a nadie que haya visto que un buey se lama…
  Podría ser que alguno fisgoneó a uno, se parapetó, supongamos en alguna irregularidad de la laboriosa pastura hispana sin ser descubierto por el buey, y lo vio lamerse de lo lindo. Además, tuvo que tomarse el trabajo de hacer comparaciones, de lo contrario el refrán no tendría sentido: el buey se lame mejor estando solo que en compañía.
  Todo un despropósito el refrán. Propongo el reemplazo por el menos lírico: “Más vale solo que mal acompañado”.

3 comentarios:

  1. Seguramente no hay testigos de lo bien que se lame el buey porque lo hace en absoluta soledad. Equivale la comparación con la del elefante escondido detrás de la flor. Por lo tanto, se puede inferir que el buey no solo se lame, sino que practica el más cuidadoso subterfugio para hacerlo, no sea cosa que algún gato le robe algún yeite de esa técnica milenaria.

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  2. La verdad es que visto así, le tengo que dar la razón. Grandioso¡ el buey ¡Lo bien que se esconde!

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  3. Buenas noches.
    Juan Pablo, una pregunta: ¿lo hace en absoluta soledad?¿usted como sabe, lo vio? entonces no lo hizo en soledad.
    Juan Pablo y Pablo: Creo que si fantasean y festejan a elefantes y bueyes lamiéndose junto a una flor, es cosa de ustedes y de Rampolla. Me quedo con los gatos.
    A su vez, creo que el dicho pertenece a una logia de ingleses autosatisfactores (paralela a la de los pelirrojos) del siglo XIV, que justifican sus prácticas con ese tipo de máximas, devenidas en dichos anónimos. No se si eran lindos, feos o tímidos; lo que sí se es que eran vegetarianos y aftemios. Tampoco donaban sangre; porque no se sabía nada de regalos hemoglobulínicos.
    Por todo eso y mucho más, creo que ese dicho está mal dicho.

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