viernes, 13 de mayo de 2011

Hamlet, en infinitas versiones.

 La escena de la calavera de Hamlet debe ser la más realizada de todas las escenas dramáticas del mundo. En versión original, en versión cinematográfica, televisiva, radial, circense, dibujos animados; en forma clásica, paródica, pastiche, humorística, libre; actuada por los grandes de la escena, por profesionales, por amateurs, por estudiantes, por payasos, por aprendices, etc., etc., etc.

  Infinidad de veces se la confunde con el texto en donde Hamlet dice: “_Ser o no ser…”, siendo que este fragmento corresponde al monólogo del príncipe en su castillo, y la escena de la calavera corresponde a la escena en que, regresando a su patria, se encuentra con unos sepultureros que le muestran el cráneo de Yorick, el bufón que alegró su niñez.

  Nada importa demasiado.

  La imagen de la mano que sostiene una calavera es el sello de Hamlet y la firma de Shakespeare.

  ¿En qué formato me faltaba verla?

   Supongo que nunca se me hubiera ocurrido tallada en la cazoleta de una pipa de espuma de mar.



  Dicen, los que dominan el tema, que lo apreciable de esta pipa es el tallado de la delicada mano del príncipe y el encaje del puño de su camisa.

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