jueves, 23 de enero de 2025

Semana de "Retro-western" en "La Comedia Terminó": Día cuatro: los nombres de aquellos hombres y mujeres

 

 La construcción de la épica del Oeste norteamericano tuvo que tener el protagonismo de seres especiales: aventureros, exploradores, guardianes de la ley, hombres fuera de la ley, justicieros, perseguidores y perseguidos. Todos ellos con un denominador común: colonizadores…

Daniel Boone: Nacido en Pennsylvania en 1734 llevará una vida de aventuras hasta su muerte en 1820. Conoció a fondo las regiones más apartadas y salvajes del Oeste. Fue un guía excepcional para los pioneros, un descubridor de nuevas rutas. Hay quienes piensan que su figura no fue tan profundamente investigada y puesta más a la luz por ser un representante de la libertad, la equidad y la rectitud. De algún modo, tal vez Boone no se corresponde con la imagen del explorador o del primer pionero individual que el género cinematográfico quiso dar.

“Daniel Boone” dirigida por Edwin S. Porter de 1907; “The days of Daniel Boone” de Frank Messinger en 1923; “The return of Daniel Boone”, de Lambert Hillyer; “Daniel Boone, trail blazer” de Albert Gannaway e Ismael Rodríguez, en 1968.

 



David Crockett: Elegido en las preferencias por sobre el antes citado Boone, Crockett es el explorador que, más allá de intereses científicos y patrióticos, está movido por su sed de aventura. Es un trampero solitario que vive en idealizada libertad. Con dos metros de altura declaraba sin reparo: “la gramática es una inutilidad, y la ortografía, un delito contra natura”. Estas características analfabetas no le impidieron ejercer cargos políticos con ideas sorprendentes como la de defender los derechos de los indios al este del Mississippi.

David Crockett apareció en las pantallas en 1909, en un film dirigido por Frank Boggs: David Crockett”. Más tarde, a cargo de Walt Disney fue “David Corckett rey de la frontera” (“Davy Crockett, King of the wild frontier”), 1955, y “Los piratas del Mississippi” (“David Crockett and the river pirate”), 1956, dirigidas por Norman Foster. Una versión sin igual fue la protagonizada y dirigida por John Wayne en “El Álamo”, “The Alamo”, de 1960; en la que vemos a David Crockett caballeroso, educado y hombre sensible. Su destino: morir heroicamente

 

Fress Parker

 

Wayne

 

Wild Bill Hickok: Acaso uno de los más famosos “hombres rápidos” del Oeste. Amigo de Búfalo Bill, compañero de Calamity Jane, Hickok fue city marshal en Fort Riley, Ellis y Abilene (Kansas). Es, sin dudas, un afamado sheriff que comparte podio con Wyatt Earp o Bat Masterson. Se dice que vivió sus últimos años dominado por el miedo a ser traicionado y asesinado al punto de sentarse siempre de espaldas a la pared o lejos de ventanas. Razón tenía ya que lo mataron por la espalda mientras jugaba póker. Como curiosidad podemos agregar que al momento de morir tenía en mano dos ases y dos ochos, combinación que, a partir de entonces, se llamó la “mano de la muerte” o “la mano del muerto”. Incursionó en la actuación, pero no era lo suyo.

A él debemos, seguramente, el imaginario de que todos los vaqueros se batían a duelo frente a frente, desde una distancia muy importante muriendo uno, al primer disparo. Hoy los historiadores nos dicen que ni fueron tantos ni tan así, pero al menos Wild sí fue exitoso de la forma que describimos, protagonizando el primer caso documentado.

Hay no menos de 15 films sobre él o en el que él está de algún modo. Desde aquí destacamos:

“The great adventures of wild bill Hickok”, serial de 15 episodios de 1938 con dirección de Mack V. Wright y Sam Nelson; “Young Bill Hickok” de 1940 dirigido por Joseph Kane e interpretado por Roy Rogers (en estas tierras, Rogers fue sólo conocido en formato comic/historieta); “Dallas” de 1950, dirigida por Stuart Heisler. También lo vemos en “Historia de un condenado”, 1952 de Raoul Walsh; “The Raiders”, 1964, Herschel Daugherty; “The plainsman”, 1966, de David Lowell Rich. Como acompañante lo vemos de manera secundaria en: “El caballo de hierro”, “El triunfo de Búffalo Bill” y en “Pequeño gran hombre”.

Agregamos algo más y es que debemos admitir que hoy nos resulta contradictorio, pero era así: algunos hombres duros del Oeste, se dedicaron a actuar en unas especies de espectáculos circenses, hacían de sí mismos…

 

Hart


Buffalo Bill: Es el guía más afamado. Su nombre era William Frederick Cody. Tal vez, podamos decir que si bien, su importancia histórica no fue superlativa, ya ganaba fama en los films de tipo “cinetoscopio” realizados en 1894 por un tal W.K.L. Dickson. Para dar otro ejemplo de su suerte legendaria, agregamos que, en 1907, cuando aún Bill vivía, se rodó “Life of Búffalo Bill”, con dirección de Paul Panzer. Hoy entendemos que la fama le vino a manos de un inteligente escritor: Ned Buntline quien lo hizo protagonista de sus escritos. Lo cierto fue que, a los catorce años ya era jinete del correo Pony Express, luego devino en aniquilador de bisontes y por ende de los indios de manera indirecta, guía de Custer en infinidad de jornadas en busca de sioux.  Gozando de la fama popular que Buntline había promovido, se retiró de las praderas para dedicarse al circo y sus espectáculos “Wild West Show” a partir de 1873. Podemos considerarlo un héroe manufacturado, un producto de la mitología del Oeste. En tanto la expansión del país se extendía hacia el Oeste, el Este observa a modo de representación, por supuesto en formato de deformación legendaria y atractiva. La etapa circense de Bill, la podemos ver en los films: “Aventuras de Búffalo Bill”, de 1944, de William A. Wellman; “La reina del Oeste” (“Annie Get Your Gun”), 1950, musical de George Sidney; “El fabuloso mundo del circo” (“Circus World”), 1964 de Robert Altman.

Recordamos también: “El llanero” (“The Plainsman”), protagonizada por el glorioso Gary Cooper en 1937 dirigida por Cecil B. DeMille; “El triunfo de Búffalo Bill” (“Pony Express”) de 1953 y “Búffalo Bill in Tomahawk Territory”, (1952) de B. Ray; y “No tocar a la mujer blanca” (“Touche pas la femme blanche”), 1973, de Marco Ferrari (sometido a despiadada ironía)…

Claro que, estas son sólo algunas, ya que hay alrededor de 50 producciones para cine o t.v. que protagoniza o “secundariza” (si admitimos el término).

 

Paul Newman


Wyatt Earp y Doc Holliday: Fueron inseparables amigos ya que Holliday salvó la vida de Earp en circunstancias complejas como las que se vivían en aquellos tiempos del “lejano” Oeste. Earp, uno de los marshal duros e incorruptibles; Holliday un dentista devenido en pistolero desde su juventud. La historia los tiene luchando juntos en un episodio que fue cinematográficamente aprovechado numerosas veces, al punto de hacernos pensar que los duelos multitudinarios, es decir entre bandos numerosos, eran cosa de todos los días…

El enfrentamiento, conocido como “tiroteo de O.K. Corral”, se produjo por una combinación letal entre robo de ganado y asalto a una diligencia. Se enfrentaron entonces los oficiales Wyatt Earp, Morgan Earp, Virgil Earp y Doc Holliday contra los vaqueros Billy Claiborne, Frank McLaury, Tom McLaury, Billy Clanton y Ike Clanton, estos últimos como ya dijimos, acusados de diversos actos delictivos. Todo sucedió detrás de un corral de ganado en el pueblo de Tombstone, Arizona; a las 3 de la tarde de un miércoles 26 de octubre de 1881. Fueron unos 30 disparos en 30 segundos. Lo que resultó fue: tres muertos por el bando Clanton (Billy Clanton, Frank y Tom McLaury), tres heridos por el bando Earp (Virgil, Morgan y Holliday) y tres indemnes (Wyatt, que permaneció en el lugar, y Claiborne y Ike, que escaparon). Lo que sigue, por supuesto es la leyenda o La Leyenda, así con mayúsculas:

Pasión de los fuertes (“My Darling Clementine”) de 1946 dirigida por John Ford (basada en una biografía ficticia de Wyatt Earp publicada en 1931 por Stuart N. Lake); Duelo de titanes” (“Gunfight at the O.K. Corral”) de 1957, realizada por el director John Sturges; “Duelo a muerte en OK Corral”, dirigida por Frank Perry de 1971. Hay, por supuesto algunas más, pero nos quedamos con estas porque así de caprichosos somos…

 

Douglas como Doc. Holliday


Fonda como Wyatt Earp


Billy the Kid: William H. Bonney. Es otro ejemplo de cómo se dan con rapidez las etapas de formación del bandido o pistolero. Habrán notado que muchos o todos comenzaron a temprana edad. Acaso esto último sea motivo de un análisis en otro momento. Este personaje ya frecuentaba a los 12 años el saloon y las salas de juego, matando a un hombre que había hablado mal de su madre. A su favor podemos decir que huyó, regresó y trató de regenerarse, pero a los 18 años y ante la muerte de su protector, un tal Tunstall, se lanza a una serie de luchas por venganza. Fue a prisión, huyó y murió asesinado, según parece, por un antiguo amigo. Así se comportan a veces, las viejas amistades…

Lo veremos no sólo en cine, Billy como personaje aparece en un ballet de Aaron Copland, una ópera de Puccini y una obra de teatro de Bernard Shaw.

Si hablamos de cine: “Billy the Kid”, de 1911 dirigida por Laurence Trimble, film perdido; “Billy the Kid, el terror de la pradera”, 1930, dirigida por King Vidor; “El regreso de Billy the Kid”, 1938, de Joseph Kane; “Billy the Kid”, de David Miller en 1941 protagonizado por Robert Taylor. Mención especial para “El zurdo” de Arthur Penn, de 1958 ya que deja a un lado el mito y nos da una historia atroz, acaso más rigurosa, en la que Billy the Kid es un ser atormentado, neurótico, desesperado, embarcado en una lucha sin sentido que lo lleva, de algún modo, al suicidio. Y otra superlativa la versión de 1974, de Sam Peckinpah: “Pat Garrett y Billy the Kid”. En este film, se desarrolla una historia aparentemente sencilla pero que muestra mucho más con sutileza. La música de Bob Dylan y la frase final de un personaje: “¡Billy! No les gusta que seas tan libre”

Si alguien quisiese ver todos los films en que aparece, tendrá que ver, unas 50 películas o más.       

 

Robert Taylor es Billy

 

Jesse James: Son dos los James, Jesse y Frank. Soldados del bando Sur en la guerra de Secesión, pero lo más llamativo es que ellos siguieron la lucha por su cuenta una vez que la guerra había terminado. De hecho, se los consideraba como los últimos soldados de la Confederación. Una suerte de raid delictivo de más de veinte años, los encuentra buscando algo de paz. La muerte lo toma a Jesse en su casa, con su esposa, al estar colgando un cuadro en la pared. Para la versión cinematográfica de Nicholas Ray está colgando el clásico cartel de “Hogar, dulce hogar”. No podemos negar un deseo de estabilidad burguesa alejado ya del romanticismo bandolero legendario. Su hermano Frank se entrega y para sorpresa del universo, es declarado inocente. Así era el Oeste…

Desde el mundo del cine, nos sorprende el film: “Jesse James el forajido” ( “Jesse James as the Outlaw”) dirigido por Franklin B. Coates, de 1921 ¡¡Con la actuación del mismísimo hijo de Jesse James!! Que dio en llamarse Jasse James Jr.; “Tierra de audaces” dirigido por Henry King con la actuación del glorioso Tyrone Power, de 1939; “La venganza de Frank James” dirigido por Fritz Lang, 1940 (en este film definitivamente el Oeste deja de ser espacio de colonización para ser un espacio conflictivo y contradictorio); “Jesse James en Bay” de 1941, dirigido por Joseph Kane y la actuación del querido Roy Rogers; “Jesse James cabalga de nuevo” (“Jesse James rides again”), 1947, dirigido por Fredd C.Brannon y Thoma Carr durante 13 episodios, al igual que otros 13 episodios  dirigidos por Fredd C.Brannon yYakima Canutt, en 1948 con el nombre de “Aventuras de Frank y Jesse James”. Destacamos ya citada “La verdadera historia de Jesse James” (“The True Story of Jesse James”) dirigida por Nicholas Ray en 1957, ya que el realizador justifica al protagonista forajido en razón de las vejaciones a las que fue sometido en su infancia y adolescencia, optando en su favor y en favor de la leyenda.

Contabilizamos unos 39 films al respecto, para los que quieren andar el camino de este personaje.


Jeffrey Hunter, Hope Lange, Robert Wagner (ellos como hermanos James)


Roy Bean o “La ley al Oeste del río Pecos”: Si prácticamente, un solo gran tiroteo como el de O.K. Corral dio lugar a la leyenda de los tiroteos multitudinarios; si un duelo resuelto casi en un solo disparo como uno de los de Wild Bill Hickok, dio lugar al imaginario de los duelos a “mano más rápida y certera” que tuvimos en cientos de films; no es extraño imaginar que la figura popularizada del sheriff algo bandido y de resoluciones con triquiñuelas a su favor, procedan del accionar de Roy Bean como agente de la justicia. Hay quien dice que entre el pistolero y el sheriff existe una mínima diferencia…

Fue un personaje que antes de estar del lado de la ley estuvo del otro. Nombrado juez de paz de Langtry en 1882, fue luego propietario de un saloon llamado Jersey Lily en honor a una actriz que amaba, pero no conocía; celebraba sus juicios allí, utilizando como miembros del jurado a los bebedores presentes en el momento y persuadiendo con el revólver y la cuerda.

Como fragmento de una de sus sentencias: “De pie, Carlos Robles, para oír el veredicto. Carlos Robles, ha sido usted juzgado por doce hombres auténticos y buenos, nada parecidos a usted, pero que le llevan ventaja como el cielo aventaja al infierno…esta corte ordena que sea conducido hasta el árbol más próximo y ahorcado por el cuello hasta que esté muerto, muerto, muerto, cerdo asqueroso de piel aceitunada.”

Lo vemos en las películas “El forastero” (“The Westerner”), dirigida por William Wyler, protagonizada por Gary Cooper en 1940; también en “El juez de la horca” (“The Life and Times of Judge Roy Bean”) 1972, con dirección de John Huston y protagonizada por Paul Newman; además agregamos una referencia en comic a propósito de las maravillosas historias de Lucky Luke en la titulada "El juez" (sin olvidar que el comic Lucky Luke no dejó personaje del oeste sin caricaturizar):


Bean

Walter Brennan


Paul Newman


¡¡Calamity Jane!!: ¡¿Cómo no nombrarla?!: Martha Jane Cannary. Huérfana de padre y madre a los 13 años. Fue jefa de banda delictiva y luego personal de reconocimiento del ejército. Acompañó expediciones geológicas en busca de oro, trabajo en un burdel de Montana, fue también esposa y madre de una hija. Pudo ser dueña de un hotel que más tarde vendió y a partir de 1893 se decidió por la ficción interpretando su propio papel en el teatro. Se sabe que sus habilidades eran: capacidad superlativa para soportar grandes ingestas de whisky, rapidez de tiro, hábil en el juego y excelente jinete (amazona).

Los buenos cinéfilos dicen que el cine no estuvo nunca a la altura de este personaje. La podemos ver: como personaje en la ya citada “The Plainsman” de 1936 (encarnó Jean Arthur); “Rostro pálido” (“The Paleface”) dirigida por Norman Z. McLeod en 1948, (encarnó Jane Russell); “Calamity Jane and Sam” en 1949, dirigida por George Sherman (encarnó Yvonne De Carlo); “The Texan Meets Calamity Jane” de 1950 dirigida por And Lamb (encarnó a Calamity: Evelyn Ankers); “Calamity Jane”, de 1953, musical dirigido por David Butler (encarnó la encantadora Doris Day); “The Raisers”, de 1964, dirigida por Herschel Daugherty (Calamity es Judi Meredth) y otro “Búffalo Bill” (The Plainsman”) en 1966, film dirigido por David Lowell Rich, (encarnada por Abby Dalton).


De Carlo

Russell

Doris Day



 Estos fueron algunos de los grandes personajes que hicieron desde un anclaje real, el gran mito del Oeste…









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