Controvertido
don Slavoj Zizek (filósofo esloveno
hoy en la galería de la fama académica), publicó una nota en The Guardian, nota que ya se puede leer
en castellano por allí o por aquí y de la cual transcribo un fragmento con la
ingenua esperanza de que se equivoque:
“Si queremos ser fieles al legado de Mandela, debemos olvidarnos de las
lágrimas de cocodrilo celebratorias y concentrarnos en las promesas no
cumplidas que generó su liderazgo. Podemos asumir con toda certeza que, dada su
indudable grandeza moral y política, al final de su vida fue también un anciano
amargado, consciente de que su triunfo político y su elevación a la categoría
de héroe universal enmascaraba su amarga derrota. Su gloria universal es
también un indicio de que en realidad no
perturbó el orden global del poder.”
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