He
visto en algún poema, muy bien usada la palabra “búcaro”, que eran (son) los “búcaros”,
esas jarras de barro.
Pero se
comían, es decir, algunas personas las comían.
Transcribo
una cita interesante que encontré por allí…tan poco serio estoy con las citas…
“Hábito singular del siglo de oro español
fue, entre las damas de la nobleza el comer barro, dando pequeños mordisquitos
a búcaros, siendo los más apreciados los portugueses, especialmente los de Estremoz, y los traídos de Nueva
España.
Esta costumbre generaba un trastorno
llamado opilación (una especie de clorosis o anemia) que entre sus varios efectos
opilaba o tapaba ciertos conductos, sirviendo para cortar hemorragias (en
especial menstruaciones abundantes) o dar una extrema palidez al rostro (como
reflejo de la crisis biliar que producía en el hígado), en aquel tiempo signo
de belleza. También se le imputaban efectos anticonceptivos y alucinógenos.”
No hay comentarios:
Publicar un comentario