En la antigüedad clásica las sirenas eran pájaros,
mujeres-pájaros. Las que escuchó Ulises atado al mástil de su nave eran
pájaros.
Con el tiempo, se sabe, devinieron en mujeres-peces.
Creo que la “imaginería” medieval contribuyó mucho a
esto de apreciar pececillas maravillosas.
A mí siempre me pareció muy justificable la visión
de las sirenas más como peces que como pájaros.
Y prueba de ello es esta foto de autor anónimo que
siempre conservo entre las preferidas…
las curvas de los peces se parecen más a las de la mujer, sí, esa foto es una buena evidencia. Sería bonito que las sirenas fueran peces que pueden mutar en pájaros, y viceversa.
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