sábado, 11 de enero de 2014

Libros, esa debilidad...





    No sólo los libros, sino también los autores que hablan sobre ellos, suponen,  para mí, una debilidad, acaso una zoncera inevitable.

   Cito a Alberto Fuget, “Tránsitos”:

   “Sabes que alguien tiene que escribir libros porque los libros a la larga te salvan. Están ahí. Son más de fiar que aquellos en los que confiabas. Los libros están plagados de dudas, de emociones en carne viva, de fuego, de pánico, de neura, pero están calmados, quietos, mudos. No exigen; pueden esperar, no huyen, no corren, no se escapan, no te dejan plantado, no te patean y dejan a la deriva. Los libros están hechos de miedo pero no tienen miedo. Uno se acerca a ellos o los deja o se va con ellos o regresa a ellos. Es una relación perfecta…”




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