Obdulio
Varela, mediocampista uruguayo del `50 conduce a la victoria a su selección contra Brasil
en el Maracaná en la primera final por la copa del mundo: “Maracanazo”.
Cientos de
miles de brasileños y sólo 100 compatriotas en el estadio.
Y da vuelta
el uno a cero.
Y todo
enmudece.
Quiero
decir, todo Brasil enmudece.
Es el héroe
de la jornada, el héroe de su país.
A la noche
no festeja, deja subrepticiamente el
hotel y se va por las calles cariocas a beber.
Observa el dolor de los demás.
Según
algunas versiones no lo reconocieron (no existían los medios de comunicación
que hoy tenemos por lo que su rostro no era tan familiar), según otras, algunos
lo reconocieron y lo saludaron, lo cierto es que nadie lo agredió y lo más
cierto es que se quedó hasta el amanecer sufriendo y llorando con los
derrotados.
Dicen que
esta frase es de él: "Mi patria es
la gente que sufre".
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