Esa manía encantadora de hojear
viejos libros, acaso superados o nunca superables: “Las películas de mi vida”
de Francois Truffaut que hoy sería
un compendio de spoiler, pero tratándose de quien se trata es mucho más que eso, además el concepto y la palabra no existían…
Truffaut
explicita que la felicidad era estar más preocupado por los padecimientos de
quienes admiraba que considerar el infierno personal que estaba padeciendo…
“En
agosto de 1951, enfermo y prisionero en la sección de detenidos de un Hospital
Militar –donde nos ponían esposas incluso para ducharnos u orinar- me sublevaba
en el fondo de mi catre al leer en un periódico que Orson Welles se había visto obligado a retirar de competición su “Otelo” en Venecia porque sus
productores no podían permitirse un fracaso ante una superproducción británica,
el “Hamlet” de Laurence Olivier. ¡Época feliz, vida feliz aquella en que se nos ve
más preocupados por la suerte de las personas que admiramos que por la nuestra
propia!...
Algo de esto vimos en “Los
400 golpes” y algo parecido a esto, puede ser la felicidad…
No hay comentarios:
Publicar un comentario