lunes, 16 de mayo de 2022

Clarice y la solución a la charla de los taxistas…

 

Foto: Catalá Roca


 Yo siempre pensé que la elocuencia de los taxistas era un fenómeno local.

 Creía que solo en estas tierras y solo nuestros taxistas son los que insisten en hablar y hablar con uno ya sea para aliviar la carga de una labor que les consume la vida entera ya sea para conquistar alguna dama como quien prueba suerte con todas para ver si con alguna, la narrativa expuesta, acaso funciona.

 Además lo creí lógico para estas comarcas del sur tan nuestras en las  que para poder lograr un sustento aceptable cada chofer debe entregar todas y cada una de la mayoría de las horas de su vida, por ende, la charla compulsiva les funciona como evasión y alivio…

 Pero parece que es un fenómeno universal o acaso en otras partes y tiempos sucede y sucedió.

 Leo a Clarice Lispector en “El hombre inmortal”:

 “Qué puedo hacer si en la misma columna voy a hablar de otro chofer de taxi? Terminaré casándome con uno, para no tener que oír las historias de tantos otros…”

 Y por cierto que Clarice encontró una riesgosa solución al asunto…




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