viernes, 25 de junio de 2021

Tango de viernes o viernes de tango…

  Insistimos con otro tango de viernes o viernes de tango. Hoy hablamos de esa lluvia fina y helada que llamamos “garúa”. En un contexto de desamor, angustia y otras dolencias existenciales, andar por la noche bajo una persistente garúa desmoraliza a cualquiera… Mis versos preferidos de este tango: “…parece un pozo de sombras, la noche/y yo en la sombras camino muy lento…”.

 Enrique Cadícamo la letra y la música del gran Anibal Troilo. La voz, del mítico Roberto Goyeneche en esta versión.

Garúa

“Qué noche llena de hastío y de frío.

El viento trae un extraño lamento

parece un pozo de sombras, la noche

y yo en las sombras camino muy lento,

mientras tanto la garúa

se acentúa con sus púas

en mi corazón.

En esta noche tan fría y tan mía

pensando siempre en lo mismo me abismo

y por más que quiera odiarla,

desecharla y olvidarla

la recuerdo más.

 

Garúa,

solo y triste por la acera

va este corazón transido

con tristeza de tapera

sintiendo tu hielo

porque aquella con su olvido

hoy le ha abierto una gotera.

Perdido

como un duende que en la sombras

más la busca y más la nombra

garúa,

tristeza

hasta el cielo se ha puesto a llorar.

 

Qué noche llena de hastío y de frío.

Hasta el botón se piantó de la esquina.

Sobre la calle, la hilera de focos

lustra el asfalto con luz mortecina

y yo voy como un descarte

siempre solo,

siempre aparte

esperándote.

Las gotas caen en el charco de mi alma,

hasta los huesos, calado y helado

y humillando este tormento

todavía pasa el viento

empujándome.

Garúa…”

                     Enrique Cadícamo.




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