Leopoldo Marechal |
Y si del arte de la tristeza es que hablamos, no podemos obviar al gran Leopoldo Marechal en su Didáctica de la alegría dirigiéndose a su “alter Beatrice” Elbia a quien llama Elbiamor, aconsejándole que se aparte de los engaños de la “tristeza”:
Didáctica de la alegría
3
“Desertarás primero la Tristeza,
con su país de soles indecisos
y de rumiantes vacas.
La Tristeza es el juego más tramposo del diablo:
tiene las presunciones de una Musa frutal,
y sólo es un pañuelo con que se suena el alma
su nariz en resfrío.
Elbiamor, ¿qué dirías de una lámpara hermosa,
pero sin luz adentro?
Tal es, yo te lo juro, la Tristeza:
es igual a esos platos de vitrina
que nunca recibieron y no recibirán
ni una manzana verde ni un cuchillo.”
con su país de soles indecisos
y de rumiantes vacas.
La Tristeza es el juego más tramposo del diablo:
tiene las presunciones de una Musa frutal,
y sólo es un pañuelo con que se suena el alma
su nariz en resfrío.
Elbiamor, ¿qué dirías de una lámpara hermosa,
pero sin luz adentro?
Tal es, yo te lo juro, la Tristeza:
es igual a esos platos de vitrina
que nunca recibieron y no recibirán
ni una manzana verde ni un cuchillo.”
Leopoldo Marechal
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