Las “gárgolas”
son un motivo inagotable de reflexiones más por su ubicación que por su
esencialidad…
Es que monstruos hay muchos, pero que vivan
en las cornisas de las catedrales sólo uno, quiero decir, un tipo de monstruo:
“las gárgolas”.
Más allá de las diversas explicaciones acerca
de su existencia, intuimos que su razón de ser es más profunda y más compleja
que la de asomarse a las cornisas de grandes templos u ornamentar desagües
pluviales …
Sea como sea, a mí siempre me ha admirado
esta fotografía magnífica de Dmitri Kessel tomada en París en
1949:
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