miércoles, 23 de marzo de 2011

24 de marzo...la memoria...la verdad...la justicia...

  Si hay un género literario con el  que la Argentina del siglo XX se ha identificado ese género es la tragedia.

  Tal vez, con más ímpetu desde la segunda mitad de dicho siglo.

  Y, cuando una tragedia termina cada uno llora a los suyos…

  Si me preguntan quiénes son los que lloramos desde este blog, yo diría que Rodolfo Walsh y Héctor Oesterheld nos duelen en el alma. Nos hiere tremendamente que no hayan podido vivir más con todo lo que podrían haber dado teniendo en cuenta todo lo que dieron.


Nos duele que la tragedia nos haya llevado a Walsh y que no hayamos podido refrendarlo como creador de la “Non Ficción”. Hoy, Truman Capote (A sangre fría, 1965) es reconocido con ese mérito pero, en realidad, nuestro Walsh ya tenía obras con esas características mucho antes que el norteamericano (Operación masacre, 1957).

  Nos duele que Oesterheld no nos haya dicho él mismo qué le sucedería al  personaje más grande de la Historieta Argentina. Nos dejó a su Juan Salvo en la derrota acaso como él mismo.

Gracias Walsh por  “Esa Mujer”, Los oficios terrestres, Operación Masacre ¿Quién mató a Rosendo?, Cuento para tahúres y otros relatos policiales, El violento oficio de escribir.




El eternauta
Watami
Ernie Pike




Sherlock Time

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