Hay
una frase que solemos decir algunos ante las catástrofes cinematográficas que
es a saber: “Vamos a pedir perdón ante
la tumba de Enrique Carreras”. Y es que Enrique filmó en nuestro país unas 97 películas. Es un prócer.
Claro que son esas películas Siglo XX que consideramos muy elementales, esas
que terminan con una frase simpática o un beso y la cámara se dirige hacia
arriba y enfoca una tarde soleada con árboles.
Pero
también vale decir que al hacer 97 en alguna algo le salió bien.
Y también vale decir que Suar propicia estos
sentimientos…
Su
film como debut de director digamos es “30 noches con mi ex”. Guiona Pablo Solarz pero con el seguimiento de
Adrián Suar
La
crítica masiva está de loas en loas, pero el film es un horror. Es éxito de
taquilla y mucho público se va de lo más contento y Suar hace siempre el mismo papel porque si bien técnicamente debuta
como director, en estas latitudes ya estamos saturados de sus producciones,
propuestas, puestas y repuestas y actuaciones. Siempre el mismo papel de tipo
más o menos incomprendido al que le pasan cosas insólitas. Ese papel de pavote
querible que tanto ha usufructuado…
Y
ahí sigue Adrián Suar dándonos estas
cosas horrorosas pero funcionales…
Funcionales
si nos queremos reír de pavadas, de pavadas al estilo nacional local: esas
comedias en donde el principal recurso es el diálogo y no la imagen o la
combinación, la comedia estilo Suar
resuelve todo con diálogos...
Y,
eso sí, ojo que en el último tramo narrativo el film quiere ponerse serio y
reflexivo y, claramente no funciona, salvo para aquellos que quieran ver bien
lo que está muy mal…
Una
cosa más antes de decir que no la recomendamos: hay quienes quieren decir que Suar es nuestro Alan Sandler local.
¡Por
favor! No es la gloria de la comedia cinematográfica este señor Sandler ni mucho menos, pero así y todo nuestro Adrián no califica ni para un club de
imitadores de Alan…
Ahora
sí: no la recomendamos.
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