Hay imágenes a las que cualquier palabra o reflexión resultan por demás…
Intuyo que no debo decir nada sobre los ojos en esta instantánea de Virginia Woolf al lado de su padre (1902).
Los ojos de una gran escritora que décadas después decidiera llenar sus bolsillos de piedras para hundirse irremediablemente en un lago…
es una foto preciosa...
ResponderEliminarSí María...y todavía no logro descifrar esa mirada...
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