En la entrada del día 25/02/12 hablamos del amigo y poeta Quique Sbareglia, quien se define a sí mismo como un poeta menor sin piedad alguna.
No deja que haga público sus poemas, sus versos irónicos, derrotados y cáusticos a veces. En aquella entrada me permitió hacer pública una humorada inocente sobre la “desprolijidad” del planeta Marte. Hoy, logré robarle unos versos (malos según él) sobre la noble condición de pobreza…
Mi riqueza
“No tengo propiedades
ni trajes de lujo,
ni sitios donde lucirlos.
Mi abecedario no sabe
de letras bancarias…
No hay anillos,
ni collares en mi cuerpo,
mi pecho no ostenta medalla alguna.
Pero sí,
soy inmensamente rico,
millonario de tristezas,
potentado en las angustias,
poderoso de dolores.
Soy poseedor de soledades infinitas
y amarguras incontables.
Como todo rico, obviamente
soy avaro,
avaro de todas mis riquezas.
Mis manos desbordan de amarguras
que a nadie daré nunca
jamás,
jamás.”
Q. S.
Q. S.
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