“El poeta es un fingidor.
Finge tan completamente
que hasta finge que es dolor
el dolor que de veras siente.”
F. Pessoa (versión castellana de Kovadloff)
En un día de 1907, Fernando Pessoa lee en el diario (algo incómodamente ya que está en la peluquería y lo atiende el barbero) que en un pueblo a pasos de su Lisboa se vende la máquina de una imprenta.
Ansioso como nadie porque tiene 20 años, porque quiere independizarse, porque es Pessoa, no deja que el barbero termine su trabajo y vuela a invertir todo el dinero que heredó de su abuela.
Compra la máquina, la instala en la habitación que alquila en la “rua da Gloria” y funda “Empresa Ibis, imprenta y ediciones”…
Nunca logró sacar de la máquina un solo libro.
Sus biógrafos Simoes y Bréchon nos dicen que ni siquiera la pudo hacer funcionar…
Cosas de poeta, de gran poeta…
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