Mujer, cineasta, audaz, de culto, alemana y redescubierta en los últimos tiempos. Hay, por estos días, una muestra de sus creaciones en Buenos Aires...
No me propongo hacer una reseña biográfica, en cambio, recomiendo a quienes nunca oyeron hablar de ella que investiguen su vida y su obra.
Pero sí quiero rescatar la escena de una de sus tantas películas: “Freak Orlando”. En dicho film se muestra un campeonato de fealdad. Es decir que se ven personajes que exhiben orgullosos, las más dantescas deformidades. No obstante, el premio le es otorgado a un vendedor de medicamentos psiquiátricos que, en traje, pasaba buscando un baño por allí…
Un brindis por el sarcasmo reflexivo de Ottinger.
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