sábado, 21 de mayo de 2016

Más mentiras, pero también más cortas…


 No voy a transcribir la reconstrucción de una trasnochada discusión de amigos. Sólo diré que hubo una jornada nocturna de diálogos tan útiles como inútiles y de ello concluí por la mañana que, actualmente, circulan más mentiras pero duran menos.

  Las antiguas patrañas tenían, hace tiempo, más lentitud de difusión, había menos poder para desarticularlas y una geografía tecnológica tan elemental que la transmisión oral no hacía otra cosa que engrandecerlas.

 Así fue cómo, los vientos costeros se convirtieron en sirenas aladas y las sirenas aladas se convirtieron en mujeres medio pez y las sirenas medio pez perduraron hasta dejarnos alguna potable enseñanza. Hasta alguno se aventura hoy a decir que Troya nunca cayó en manos de los aqueos y que Homero no fue más que un conjunto de relatores orales que transformaron el fracaso militar en victoria, algo así como lo que EE.UU hizo con Vietnam a través del cine: perder en el campo de batalla y ganar en las pantallas cinematográficas.

 Claro, el costo de las "mentiritas" más numerosas pero de menos duración es que no se van a construir bellas leyendas o dignas mitologías…

 Tal vez, ya no necesitemos más historias legendarias y estemos bien con aquellas que  tenemos…

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