miércoles, 4 de mayo de 2016

Esas canciones tristes…aunque amadas...

 Esas canciones viejas y eternas, perdidas…

 De pronto, nos recuerdan que alguna vez existió la adolescencia y por algo, en algún sentido, un poco de ella queda hasta el fin de los días…


 Gracias Mary Hopkin por esta canción entrañable que salió del alma de Paul Mc Cartney.






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