Es un escritor al que no dejo de admirar. Por algo lo recordamos en este
espacio finalizando la última entrada (29/01/16)…
Siempre aprecio que, aún en su
vejez, estuviese dispuesto a dialogar con sus lectores de todo el mundo. Tenía
un número telefónico al cual se lo podía llamar dentro de un horario
establecido, para quien quisiese dialogar con él esté donde esté y, en las
ferias del libro que se hiciesen en cualquier sitio, estaba a mano para una
nota vía Skype.
Solía decir que su vocación de escritor se debía a Mr. Eléctrico:
supuestamente, cuando tenía 12 años visitó una feria ambulante y conoció a este
raro personaje (científico y mago) cuyo truco estelar era su propia ejecución
en una silla eléctrica de la que, por supuesto, salía a salvo entre un estrépito de chispas y humo. Al terminar el show, Mr. Eléctrico tocó al pasar la cabeza del
adolescente Bradbury y le dijo “Vive
por siempre”…
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