sábado, 16 de enero de 2016

Un poema...

 A veces, el alma no puede evitar la nostalgia…

Yo era un niño y tú acariciaste mi cabeza.

"Yo era un niño pero no lo sabía demasiado.
Pensé que amaba,
que todo eran miradas en los sueños,
vísperas de besos en los labios,
vísperas de labios en los besos.
Tú pasaste y acariciaste mi cabeza
sin detenerte salvo para mirarme apenas.
Yo entendí tu corazón y el mío,
habló tu mano en la caricia efímera
-tal vez todas las manos hablen y yo sólo pude entender la de ese día-.
Escuché las palabras de tu mano,
entendí tu corazón y el mío
y supe que aquello era todo,
supe que consumabas toda cercanía,
y que llegabas para decir : “tengo que irme”.
Luego, tu paso siguió el destino de los pasos
y cumpliste tu palabra para siempre."


                                                                P.S.


Fotografía de Anne Marieke Van Drimmelen



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