sábado, 28 de marzo de 2015

“Cartas robadas…”



 Resulta que la policía hace un allanamiento en una casa de un pueblito de una provincia de este país…

 Sospechan de robo de motocicletas y ese tipo de cosas…

 Se encuentran con que el señor (empleado de correo) tenía robadas 7.700 cartas…

 Fue preso, pero yo lo perdonaría…

 ¿Para que querría esas cartas?

 ¿Para robar tarjetas de crédito, para aburrirse y reflexionar sobre la brevedad de la vida leyendo facturas y documentos legales?

 Yo creo que con “morboso placer” se ilusionaba con encontrar alguna de esas “cartas a la antigua”, una conversación personal, una historia de amor.

 Poco importan ya las cartas.

  El correo no se había dado cuenta hasta el momento que le faltaban entregar 7.700 cartas.

  Los emisores no se molestaron porque sus mensajes no hubieran llegado.


 Los destinatarios no se extrañaron por no recibirlas…



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