¡Cuántos escritores habrán elegido un parque
de diversiones abandonado como escenario de una buena (o no tan buena) historia
de terror! ¡Cuántos guionistas de historietas, cuantos guionistas
cinematográficos! Pienso esto que es
cómo decir, cuánto libro, cuánto comic, cuanta película cuya historia sucede en este
sitio…
En nuestra tierra, para nunca ser menos,
tuvimos y acaso tenemos uno de los más grandes que está siendo recién ahora
desguazado parcialmente. Es de los años ’80 y durante décadas fue escenario
espeluznante…
Transcribo fragmentos de un diario local:
“Fue construido con la
ambición de convertirse en uno de los parques de diversiones más espectaculares
del mundo. Obra impulsada por el intendente de la dictadura, Osvaldo Cacciatore, le costó al estado
220 millones de dólares. Pero nunca funcionó con cierta normalidad… Solo se
mantendrán en pie la Torre Espacial (ahora cerrada), la montaña rusa y la doble
rueda; la primera porque cuenta con protección patrimonial, pero las otras dos
atracciones, porque su desarme es demasiado costoso… Las ruinas de un paseo que llegó a tener 50
atracciones y capacidad para recibir a 80.000 personas al mismo tiempo.”
Particularmente
pienso que cada ciudad que se precie de tal debe tener dos parques de diversiones uno
funcionando maravillosamente y otro abandonado, para que nunca olvidemos que el
miedo es un estado y un lugar…
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