viernes, 20 de septiembre de 2013

Sasha Grey segunda parte o “qué lástima, esperábamos una sorpresa”

  En la entrada anterior consignábamos que Sasha, siguiendo los consejos de su agente comercial se dedica a la literatura.

  No le dijo “reproduzca sus capitales dedicándose a la compra-venta de automóviles”, “construya inmuebles baratos y véndalos caros”, “done todo a ‘médicos sin fronteras’”, no, no, no, nada de eso, le dijo “ahí tiene la Literatura, escríbase algo que unos miles y acaso millones se lo van a poner a leer”…

  Y se dedicó a la Literatura nomás…

  Pero podíamos esperar una sorpresa, al menos yo, ingenuo de mí, la esperaba. Que escriba una obra sin un sesgo de lo que todos imaginarían, sin sexo, sin erotismo o sin entrar en la “porno-lit”.

  No se pretendía que escriba los siete tomos de “En busca del tiempo perdido”, ni “La guerra y la paz” del siglo XXI, no, con una historia bella y redondita como “Seda” de Baricco bastaba, o una pequeña joyita genial como aquella ya olvidada “Ceremonia secreta” de nuestro Marco Denevi, hubiera sido fantástico.

  Pero, no, adivinamos todos, se dedicó a la literatura erótica de alto voltaje.

  Y usted otra vez, con razón me puede decir: “Pero hombre ¿qué esperaba?”


 Es cierto, tuve esperanzas ingenuas, esperaba una sorpresa. La disculpamos, al fin y al cabo los viejos soldados también sólo saben hablar de sus viejas batallas…

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