sábado, 11 de junio de 2011

Entrevistas falsas o “verdaderas ficciones” (por no decir “ficciones verdaderas”.

 Hace muy poquito Ezequiel Martínez recordaba en una publicación cultural el siguiente diálogo entre el “entrevistador”  Nahuel Maciel y el director de El Cronista Comercial; tengamos en cuenta que Maciel le había propuesto salir en busca de una entrevista con el Nobel de Literatura Samuel Agnon a lo que el director del diario le dice:

“-¿Él quiere hacerla?
-Bueno, se puede intentar. Tengo buenos contactos.
-Tienen que ser muy buenos porque Agson está muerto.”

  Así comenzó a venirse abajo la tarea timadora de don Maciel quien por la década del ’90 nos hizo maravillar con sus entrevistas a García Márquez, Onetti, Ray Bradbury entre otros y hasta nos vendió un libro con sus trabajos Elogio de la utopía prologado por Eduardo Galeano. Todo pura ficción…o ficción pura…


  El tema volvió del arcón de los recuerdos porque el controvertido y siempre polémico Philip Roth se vio acusado de haber declarado alguna vez contra Obama. Cosa que él no recordaba haber hecho jamás, así que siguió la pista y descubrió que un fabulador italiano llamado Tomasso Debenedetti vendía entrevistas falsas desde el año 2006.

Philip Roth
  Yo recuerdo que cuando era pequeño, alguna maestra de grado nos enseñó qué era una “entrevista” entre otras pavadas...  Para ello, en algún momento nos propuso hacer una entrevista imaginaria. Todo para que conozcamos los rudimentos de la tipología textual y desarrollemos la capacidad de producción y liberemos la imaginación de alguna manera…

  Puede que, al fin y al cabo, Maciel y Debenedetti no hayan hecho otra cosa que desarrollar ampliamente lo que habían aprendido de sus maestras…

   Acaso, no hicieron más que seguir jugando con la ficción de los escritores quienes viven de la ficción y para la ficción y, con suerte, hasta cobran por ello. Acaso, en esas entrevistas apócrifas los escritores imaginariamente entrevistados pudieron decir lo que hubieran querido decir y no dijeron jamás. Acaso, dijeron lo que jamás dirían pero deberían haber dicho.

  Tengamos en cuenta que salvo el desliz de Obama, ninguno de los entrevistados nunca-entrevistados dijo jamás algo muy insólito pues las entrevistas fueron tenidas por ciertas durante años.

  Yo creo que la “tapa de la olla” no salta por la falsificación sino por el vil dinero.

  Les dolió a más de uno que le vendieran caro lo que era muy barato. Nada más que eso.

  Mi copa en alto por estos picaros entrevistadores que hicieron ficción hablando de manera ficticia sobre cuestiones que hacen al mundo de la ficción.



Nota: Si observan la edición de tapa del libro de Maciel,notarán que el nombre de García Márquez aparece notoriamente primero. Ya les cuento que en el futuro se accederá a este libro como “Elogio de la Utopía” García Márquez. Ediciones del Cronista. Bs. As. 1992.

No hay comentarios:

Publicar un comentario