Los que no gozamos de holgura económica soñamos con dilapidar una fortuna, si pudiésemos, en cosas placenteras, lícitas, nobles siempre, pero siempre placenteras: viajes, derroteros artísticos, emprendimientos varios, etc…
Pero parece que a las personas
con solvencia económica las seducen las angustias y las tristezas. Algo
percibimos cuando el pasado año nos anoticiamos de la tragedia de un submarino
turístico que llevaba a los clientes a ver los restos del Titanic. Un submarino en desgracia que iba a ver los restos de un
barco en desgracia…
Ahora nos enteramos de que
es la mejor temporada para darse una vuelta por la Cordillera de los Andes para estar allí donde cayó un avión y los
sobrevivientes debieron recurrir a la antropofagia para seguir siendo
sobrevivientes…
¿Es que los pudientes
tienen vocación por la infelicidad o es que el dinero los convierte en eso?
Sea como sea, lectores
amigos, ya lo saben: es el mejor momento para darse una vuelta por donde unas
personas pasaron su peor momento…
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