En esta modalidad de entradas, en esto de descubrir un poeta o poetisa que nos conmueva cada semana, hoy sumamos dos. Dos, pero con la misma temática, la relación madre-hija: Rocío Acebal Doval y Evangelina Dugo. Brindis por ellas y su literatura.
"No quiero tener hijas
No quiero descubrirme regañando
deja que esa señora te dé un beso
cruza las piernas al sentarte en público
haz el favor de no volver muy tarde.
No quiero reflejar mi herida en otro cuerpo:
reconocer mis gestos en sus gestos,
mis excusas baratas en sus labios,
mis manos en sus manos cuando palpa
su cuerpo con tristeza.
No quiero ser la voz inquisidora
cuando nada parezca suficiente,
el mundo se derrumbe y esas metas
—que un día parecieron
la solución definitiva— sean
insuficientes, tontas o imposibles.
No quiero comprender que su dolor
nació de mi dolor, que mis cadenas
son a la vez su látigo,
que nada puedo hacer más que deci
deja que esa señora te dé un beso
cruza las piernas al sentarte en público
haz el favor de no volver muy tarde."
Rocío Acebal Doval
"Hija
Vos sos yo en miniatura
dicen
(yo no me encuentro)
y por suerte no es cierto.
Vos sos vos
con las alas bien puestas
los ojos bien atentos
y los pasos más seguros.
Vos sos vos
y me lo decís cada momento
y te defendés de mí,
de parecérteme
(y me alegro).
Porque a veces (muchas veces)
yo no soy feliz de ser yo.
Vos sos vos y voz
la que dice y contradice
la que prueba y comprueba
la que arriesga sin miedos.
Y en eso yo quisiera
ser como vos
para plantarme ante mí
y defenderme."
Evangelina Dugo
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