Hay quienes se quejan de tanta proliferación de films y series de super-héroes. Una treintena de “Marvel” y acaso una docena o más de “DC”, por nombrar las más famosas. Sin duda que mi recuento es escaso y relativo, puesto que solo abarca las últimas dos décadas más o menos.
Pero no debería resultarnos extraño ni cansador.
Así era el mundo cuando éramos pequeños solo que en otro formato. Las historias
de los supe-héroes nos llegaban
semana a semana en formato papel, en el kiosco de revistas, allí estaban
acumulándose por docenas y docenas que luego fueron miles y luego cientos de miles
de historias de fabulosas aventuras.
Algunos de estos negocios implementaban un formato de alquiler. Te
dejaban por unos pocos centavos, leer la historieta allí mismo y luego dejarla.
También existió el canje como un comercio prolífico y activo.
Ahora, todo se pasó al formato film. Los niños y niñas no leen demasiado
a sus super-héroes en forma de comic, al menos los super-héroes occidentales porque el “manga” oriental sí que funciona, no obstante, este es otro tema
apasionante para otra entrada…
Hoy, los niños que fuimos vamos al cine o miramos a nuestros héroes en plataformas, los niños y niñas de hoy, prefieren también los films.
No son
tantas entonces si comparamos las historias que llegan a la pantalla como
todas aquellas que nos apasionaban a raudales en otros tiempos y que disfrutábamos en noble papel…
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