Conmocionados todos desde hace una semana porque el actor Alec Baldwin mató involuntariamente a una asistente durante la filmación de una película.
Ni bien conocemos la noticia,
nos resulta una historia conocida a los cinéfilos y una rareza sin igual a lo
no cinéfilos.
Hubo muerte al rodar “Top
Gun” (1986), “The Returno of the Musketeers”
(1989), “El Cuervo” (1993), “Taxi 2” (1999), “Gladiador”
(1999), “Red de corrupción” (2000), “xXx” (2002), “Xena,
la princesa guerrera” (2002), “Troya” (2003), “The Final Season” (2007),
“Jumper”
(2008), “Dropped”, reality (2015) y en nuestras tierras, “Masthigudi”
(2016), “The Walking Dead” (2017), “Deadpool” (2017)…
La lista es incompleta y sería
realmente inconmensurable si sumamos las defunciones en cada ámbito cinematográfico
local, quiero decir si contabilizamos los caídos en las producciones cinematográficas de todos países del mundo.
Claro que no todos los
accidentes son iguales. En el caso del film que protagonizaba Baldwin nos llama la atención que en un
universo cinematográfico en el que la tecnología nos hace ver como reales naves
intergalácticas deambulando por el espacio, super-héroes voladores, ciudades
que estallan y todos los prodigios que se estrenan mes a mes habidos y por haber, digo, nos extraña
que en este contexto ya tan tecnológico a favor de la ficción de la imagen, aún
se usen armas reales con munición de salva a sabiendas que siempre puede haber
un asistente negligente o mal dormido o irresponsable o distraído o lo que
fuere que no revisa bien los materiales y te pasa un arma real con munición
real…
Por lo demás, a no pocos les llama
la atención cada muerte en un set de filmación aunque ya sabemos que para esta
dama fatal e implacable no existen territorios imposibles…
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