miércoles, 16 de febrero de 2011

En torno a la publicidad inapropiada.

  Los creadores publicitarios argentinos suelen ser eficientes, originales y destacados. Sus logros han sido reconocidos a nivel mundial.

   No obstante los desaciertos locales opacan lo mejor de nuestras hazañas…

  En esta amada ciudad de Mar del Plata hay un balneario que se llama “Alfonsina”. Algún agudo lector ya puede ir entendiendo el despropósito al cual me refiero. Teniendo aún precaria noción de la biografía de nuestra escritora no parece criterioso llamarle a un balneario “Alfonsina”. El segundo y trágico desacierto es que el citado balneario se encuentra a escasos metros, por no decir en el mismo sitio donde Storni tomó la dramática determinación de suicidarse.

  No obstante, nuestra gloriosa argentinidad, paradigma del talento, no sólo hizo caso omiso de todo esto sino que redobló la apuesta: la publicidad radial del balneario para la temporada 2011 remata con un “Balneario Alfonsina, Alfonsina lo espera”. (La Red. Fm 91.3).

  Hace unos años, una amiga, mirando el nombre estampado en  la vidriera de una peluquería me preguntaba: “_¿No parece muy apropiado llamar ‘Peluca’ a una peluquería no?” Por supuesto que no es nada apropiado y al respecto esto trajo a mi memoria que, en los años ’90, en una estación de servicio, una empresa proponía llenar los neumáticos con helio. La publicidad ofrecía desinflar los cuatro neumáticos de tu vehículo, rellenarlos “ipso facto” con helio y salir para apreciar la diferencia. Un querido colega, en mi presencia, aceptó el reto, un poco tal vez porque es un hombre dado a tomar a bien cualquier desafío y otro poco porque no puede negarse a los ofrecimientos de las bellas promotoras. El caso es que, cuando acababan de rellenarle las cuatro ruedas, se le ocurrió preguntar qué afamados ya habían optado por esta propuesta a lo que la chica, ataviada con esos uniformes de acompañantes de ganadores de fórmula uno, le contestó con la más publicitaria de sus sonrisas: “_Ayrton Senna”. Por entonces, Senna ya llevaba meses fallecido luego de morder el pianito de contención en una curva y perder el control de su máquina.

  Pero el verano 2011 dice que, hablando de playas, “Alfonsina lo espera”

  Yo tendría otras propuestas ejemplares:
  Creo que sería interesante llamar a una empresa de viajes aéreos “Apolo 13”. Incluso ya escucho la publicidad radial: “Vuele con Apolo 13”, o una compañía de cruceros podría llamarse “Belgrano” y promocionar “Súbase a Cruceros Belgrano”.

  En fin, creo que lo del balneario es un logro local. No me imagino a los franceses llamando a un equipo de fútbol “Waterloo” ni a los españoles bautizando a un natatorio “Trafalgar”.

  Por lo pronto, amigo veraneante, en esta ciudad se le propone que mire el mar teniendo en cuenta que “Alfonsina lo espera”.



3 comentarios:

  1. Muy buena nota Pablo. Creo que el tema no es más que otra muestra de lo obtuso del argentino promedio. Estoy casi seguro de que quien ideó lo de "Alfonsina lo espera" consideró que la gente podría llegar a sentir que está visitando un lugar cultural a la vez que veraneando. Algo así como que uno se sentiría excelso mojandose los pies en el mismo lugar en el que alguien intelectual alguna vez decidió suicidarse.
    Escrito suena exagerado, pero es la única explicación que se me ocurre para semejante insensatez.
    A lo escrito por vos y a modo de aporte, cito un fenómeno publicitario que tanto ha crecido en los últimos años: los mensajes de texto por servicios.
    Barbaridades orientadas a infradotados como: "Mandá la palabra AMOR al 2020 y recibí los mejores consejos conquistar al amor de tu vida".
    Qué clase de "gente" puede ser usuario de algo así? Existen.
    No más palabras.

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  2. Ja Ja Ja! no había escuchado la publicidad. ¡Que invitación!
    Bueno, es casi una predicción; si no fuera porque todavía los inmortales están en el recuerdo o son un restaurante de Buenos Aires.
    La cuestión está en lo siguiente:
    cuando uno dice "Voy a Alfonsina" ¿a qué se refiere?
    Es muy profundo (sí, de cualquier manera)
    Porque uno puede "ir a Alfonsina" profundizando en su lectura y reflexión o simplemente siguiendo "...su pequeña huella..."(no es muy aconsejable)
    Prefiero ir al salón del café Tortoni(queda en el fondo)

    PD: no suelen destacarse los trabajadores del verano marplatense por "mirar debajo del agua"

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  3. Respecto de la publicidad, no puedo dejar de agregar lo aborrecible de los discursos que promueven artículos de limpieza. Se supone que uno lava la ropa con un producto extraterrestre que tiene poderes extraordinarios, con moleculas inteligentes capaces de distinguir el origen de cada mancha y aplicar el tratamiento correspondiente. Hay algo de un racismo genocida oculto detrás de esas publicidades.
    Que vuelvan los Grambys: http://bastardillas.blogspot.com/2011/02/defensa-de-los-grambys.html

    Un saludo grande, y bienvenido al lado intangible de la literatura.

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