lunes, 11 de enero de 2021

El plus del videoclip y cuando una canción era una canción…

 


 Estoy por decir que, hoy por hoy, las nuevas canciones de los diversos géneros populares en boga están muy aderezadas por el videoclip.

 Pareciera que una nueva canción necesitara sí o sí el sustento de la imagen en movimiento. Escucharán a jóvenes diciendo infinidad de veces: La canción no es tan buena, pero el videoclip es sensacional”. Esta muy bien, no nos pondremos apocalípticos, son los tiempos que corren, pero me gustaba ese mundo de la música de actualidad cuando una canción valía por sí misma, cuando una nueva canción se oía, generalmente en la radio o en los parlantes del equipo de un/a amigo/a y, claramente, algo cambiaba en tu interior, te daba en el alma, te “partía la cabeza”, no se necesitaba el sustento de la imagen, la canción jugaba su carta a suerte y verdad y funcionaba la magia o no funcionaba.

 Me objetarán. amigos lectores. que el videoclip es cosa vieja y siempre estuvo y les tendré que dar la razón: arrancó en el ´57 del siglo pasado con una canción del gran Elvis y ya antes, en estas tierras, en 1930 el mítico Carlos Gardel había grabado 10 canciones con imagen y sonido.

 Sabemos también a las claras que fue aquel canal MTV que hizo furor en los años 80 difundiendo y fomentando la proliferación de videoclips, pero...pero...pero…


 Yo diría que fue en los 90 en donde toda esta ola tomó carácter masivamente mundial y en estos 20 años del nuevo siglo se afianzó el concepto de que “sin videoclip la canción prácticamente no existe”…

 Hoy por hoy, a impulsos de esta catástrofe pandémica por la cual bandas, compositores/as y cantautores/as no pueden hacer otra cosa que mostrar sus producciones a través de la redes, entendemos que la fuerza de cada nueva creación musical estará aún más en hombros del videoclip.

 Se entiende, no hay ánimo de queja…

 Sin embargo, seguimos creyendo en esas canciones que de pronto aparecen y valen por sí mismas con o sin videoclip o incluso a pesar del videoclip...




4 comentarios:

  1. En muchos casos actuales incluso el videoclip cambia el sentido de la canción; el ejemplo más claro es el de la nefasta canción "Mayores" de Becky G. Aquí la letra hace alusión al gusto de la cantante por las personas de mayor edad, jugando obviamente con el doble sentido de la palabra "mayor". Sin embargo en el videoclip se muestra al final que la protagonista en realidad era una estafadora de hombre viejos con dinero, y que su novio verdadero era un joven de su misma edad que cumplía rol de cómplice de sus delitos. Lo increíble es que atenta directamente contra todo sentido de la letra generando un producto Totalmente distinto. En cualquier caso la pregunta persiste: ¿Cuál es el producto final? ¿El videoclip o la canción?

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    1. Tal vez sean productos dobles o duales. No conocía el video de "Mayores", no sé si es peor el juego de doble sentido o que finalmente favorezca el delito de estafa a los ciudadanos...

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  2. Las generaciones actuales no saben lo que es un videoclip pero viven en un mundo generado a partir de ellos. Eso es lo peor. O tal vez lo mejor, porque viven en un estado de distracción permanente que les hace creer que saben mucho de muchas cuando en no suelen saber nada sobre nada.

    Y se ofenden cuando alguien se los hace ver, eso sí.

    Saludos,

    J.

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    1. Gracias José. Sin duda que los jóvenes viven en un mundo generado a partir de la "cultura del videoclip". Otro saludo.

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