A los ciudadanos de los países sudamericanos se nos
ha enseñado a observar la realidad desde el prisma de una ineficiencia culposa.
“No sabemos bien por qué, pero no podemos hacer las
cosas tan bien como los otros”, una impronta de este tipo emana, cada vez con
menos fuerza (por suerte), desde varias voces a través de los años. La premisa supone que
los otros sí, saben hacer las cosas bien porque tienen el talento y la
fortaleza económica para hacer todo muy bien.
Pero, la realidad no puede ya ocultarnos que no todo
lo que se hace en el piso más alto del mundo se hace bien.
Es más, se percibe que muchas cosas se hacen
realmente mal.
En la entrega de los Grammy 2017 no funcionan micrófonos
(¡Micrófonos! ¡Nada menos que en los Grammy!) y una profesional actúa de una
manera poco profesional y debe parar su actuación para un “comenzamos de nuevo…”.
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